20 AMAUTA LO QUE HA SIGNIFICADO LA PRO. INDIGENA ZULEN Var POR DORA MAYER DE José Carlos Mariátegui me ha invitado a escribir sobre este punto en su revista AMAUTA. Solo Ud. puede hacerlo, me ha dicho, ahora que Zulen ya no existe.
Mariátegui pertenece a una época inmediatamente posterior a la vida de la Asociación Pro Indígena. Cuando la muerte de esta institución hacía surco en la conciencia pública del Perú, él estaba lejos, en Europa, y ocupado con problemas de sociología mundial. Cuando Mariátegui volvió, se encontró con qne la Asociación Pró Indigena había pasado a la historia, y figuraba como un valor diversamente apreciado por los críticos, pero, en fin, como un valor digno de ser tomado en consideración. ese espiritu inquieto de luchador, que tiene afinidad moral con aquellos componentes de grupos que honradamente han deseado hacer algo por la rendención de la Patria o de la Humanidad de sus dolencias evolutivas, sintió curiosidad de medir la importancia de la Asociación Pró Indigena en el proceso social de nuestra Nación.
Solo en Zulen y Dora Mayer de Zulen se hallaban las verdaderas fuentes de información sobre la enunciada materia esto lo sabía Mariátegui. Según me dió a entender la familia de Zulen, este ha dejado entre sus trabajos inéditos una Historia de la Asociación Pró Indigena. pero desgraciadamente no la tengo por ahora a mi alcance.
Es consiguiente que cada uno de los dos hubiéramos visto aspectos divergentes del tema en cuestión, sin perjuicio de la convergencia general en que nuestras observaciones o anotaciones tuvieran que culminar. Desde luego, nunca sería demás oir a ambos dar su versión de la obra que juntos ejecutamos.
En fría concrecion de datos prácticos, la Asociación Pró Indígena significa para los historiadores lo que Mariátegui supone: un experimento de rescate de la atrasada y esclavizada Raza Indigena por medio de un cuerpo protector extraño a ella, que gratuitamente y por vías legales ha procurado servirle como abogado en sus reclamos ante los Poderes del Estado.
La Directiva de la Asociación, centralizada en Lima, se esforzaba por mantener en toda la Republica un personal de delegados, seleccionado por su integridad comprobada, que fiscalizara la exactitud de los datos llevados al conocimiento de la Secretaría General y que gozara de cierto poder de iniciativa en su localidad particular, oponiendose a los abusos faltas de toda clase que cometían los burócratas, gamopales clericales en nuestro anacrónicos medios feudales.
El afán revelado entre los provincianos de aparecer como representantes de la Pró Indigena brinda un testimonio del prestigio y de la popularidad que tuvo adquirida la Institución, prestigio bajo cuya cubierta teníamos que cuidar que no se introdujeran elementos postizos.
Era, pues, la Asociación Pró Indigena, una organización vasta que abarcaba todo el país, desde Tumbes hasta Puno, y que recibía comunicaciones del Norte, Centro, Sury Oriente, como puede verse en las colecciones de su órgano periodístico mensual El Deber Pró Indigena. que existen en las bibliotecas oficiales y privadas.
De esta labor, que duró seis años en pleno auge, se ha derivado una casi completa documentación sobre todos los aspectos del problema indige llevando a la conciencia de las clases dirigentes el sentido de los males que urge combatir en el país, y a la conciencia de la población oprimida ese aliento que otorga el consuelo de un apoyo y de una enérgica proclamación de la justicia de su causa.
Cada vez más animados por el auxilio que recibían en Lima por los personeros de la Asociación Pró Indigena, los emisarios indios venían a la Capital, y se familiarizaron con el manejo de sus gestiones. Quien no ha estado en la labor pró indigena no puede darse cuenta de la enorme transformación operada en los mensajeros de los Departamentos desde el primer día, en que llegaban sin saber ni una palabra de español, hasta hoy, en que disponen de voceros no necesitados de intérpretes y empapados en observaciones del medio limeño con el cual están en repetido contacto. la hora que la Asociacion Pró Indigena feneció, la fecunda semilla que echó, se hallaba en la tibia tierra, esperando los aguaceros o los rayos del sol que favorecieran su germinación. Ya era tiempo que la raza misma tomara en manos su propia defensa, por que jamás será salvado el que fuese incapaz de actuar en persona en su salvación.
El llamamiento estaba hecho; el terreno estaba prepa rado por la infatigable labor, la incesante propaganda, la valiente brega de la institución fundada por Pedro Zulen.
Estoy ya en la carilla 5, y no podré hablar con la extensión que quisiera de ese númen de cálida idealidad que forma el secreto vital inefable de la obra pró indigena realizada entre los años 1909 y 1915.
Hablo con la absoluta sinceridad que es mi tributo obligado de agradecimiento al fundador de la revista AMAUTA por haberme dado esta feliz oportunidad de expresar lo que extemporaneamente difícil habría sido decirlo aunque debiera haberse dicho. Hablo con una absoluta sinceridad en que no caben reservas, ni falsas modestias.
El domingo del mes actual, hallándome en una actuación en el Local de las Aliadas, Plazuela de Santa Catalina, tuve la inmensa satisfacción de escuchar una referencia hecha por el artesano limeño don Teodomiro Figueroa, a la obra redentora emprendida por mi esposo y continuada por mi, y luego se presentaron cuatro indios, deseosos de verme y me saludaron titulándome su Mama Ocllo. Sentí, halagada en ese momento, que una idea en el exterior respondía a un pensamiento que abrigo en el interior. la mayoría de los pueblos, he pensado muchas veces, con serva la leyenda de un fundador político; así el Guillermo Tell de la Suiza; el Carlo Magno de los germanos; Guillermo el Conquistador de los británicos; Rómulo y Remode los latinos y las grandes religiones tienen su Buda, su Confucio, su Cristo, hombres solitarios o solteros.
El Perú posee en Manco Capac y Mama Occllo el hermoso simbolo de la pareja fundadora, es decir el símbolo de la perfección social más completa dentro de los moldes de la vida humana tal como es en nuestros tiempos. Ni el hombre solo, ni la mujer sola, sino una doble individualidad fundida en la maravillosa unidad del complemento.
La raza indígena peruana ha necesitado categóricamente de un renacimiento, después de la época vencida que le dieran el Primer Inca y su Consorte. Este renacimiento, permítaseme decirlo en nombre de la fé verdaderamente apostólica con que trabajamos los dos a quienes la voz general reconoció como el alma de la Asociación Pró Indigena, lo ha presidido otra vez una pareja: Pedro Zulen y Dora de Zulen.
La pareja humana, unida en un profundo amor, ha constituido en mi experiencia y creo que constituye lógicamente, el máximo de fuerza para el bien que a seres de nuestra especie es dado poseer. Ni Zulen ni yo habriamos lle.
nado tan álgi misión sin el priv gio de la insi ación mutua, el estímulo directo al sacrificio, al consuelo y el apoyo de la simpatía nuestra que nos hizo elevarnos sobre las naturales debilidades y vacilaciones de la voluntad personal.