José Carlos MariáteguiMarxMarxism

Tribuna Marxista CLAVE En España, tan cara al espíritu de Marx, no se da tanpoco, desde Pablo Iglesias hasta Julián Besteiro; un teórico revolucionario. Así es que José Carlos Mariátegui viene a ser en verdad el primero que merece el título de escritor marxista en castellano. tal vez el único. la entrega inicial de Amauta precedieron estas palabras suyas, definitivas: Habrá que ser muy poco perspicaz para no darse cuenta que al Perú le nace en este momento una revista histórica.
Todos, hasta algunos de sus adversarios ideológicos más conspicuos, se dieron cuenta en el acto de la conciencia que entrañaba tan justiciera apreciación. Porque Amauta. como insinuamos de entrada, era en primer lugar el mismo Mariátegui. Quien tocaba la revista, podía decir, parafraseando a Whitman, que tocaba a un hombre.
Hay revistas que valen por la calidad de sus colaboradoreso la inteligente disposición de sus materiales, y revistas cuyo más alto mérito está en el trabajo asiduo de su director.
No tenemos por qué repetir que: Amauta era de estas úla.
timas, puesto que ya aseguramos que valía sobre todo por el aporte personal de Mariátegui. El Amauta Mariátegui, dijo alguien desde un principio, confundiendo al órgano con su organizador. así el nombre incaico al que la revista no daba mayor importancia en su acepción original, vino a ser también un título para su piloto.
En Amauta aparecieron mes a mes, durante varios años, las mejores páginas de José Carlos Mariátegui, Gran parte de sus Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. toda su Defensa del Marxismo. y numerosos artículos sobre arte y literatura, además de varias notas anónimas, no menos valiosas.
Tal vez valga la pena recordar en primer término una de ellas y su historia: La revista había sufrido un serio tropiezo con la policía de Lima y el director de Amauta explicaba a sus lectores el retraso en la aparición. Este era el motivo de la nota; un motivo cada vez más frecuente en el mundo actual y sobre el que se han escrito sin duda millares de artículos inocuos. Pero Mariátegui, que ponía su talento de escritor en cada línea salida de su pluma, añade de paso las si250