MarxismURSS

CLAVE Tribuna Marxista Mientras el New Deal había florecido dentro de los Es.
tados Unidos, Alemania en el Oeste y el Japón en el lejano Oriente, machacando el orden de post guerra construído por los triunfadores en Versalles, habían comenzado a avanzar sobre los puestos económicos y políticos de vanguardia del imperialismo norteamericano. La crisis política dentro del ré.
gimen rooseveltiano coincidió con la insistencia creciente de los grandes patrones para que aquella amenaza en contra de su supremacía fuese contra atacada con mayor vigor: Hasta ese momento, la política exterior de Washington había estado subordinada al programa interno de reformas de Roosevelt. La diplomacia norteamericana perseguía así objetivos limitados y procedía con cautela. En América Latina, por ejemplo, la mano de hierro por cuyo medio el imperialis.
mo yanqui mantiene su dominio fué ocultada dentro del guante de seda de la política del buen vecino. Sólo en casos de extrema emergencia fué revelada al desnudo, como en la ayu.
da acordada a la dictadura de Batista en Cuba y a la de Vargas en el Brasil. Mientras que Wilson habría bombardeado a Veracruz y despachado ejércitos sobre México, con motivo de la expropiación de las compañías petroleras, Roosevelt re: dujo su intervención como representante del capital angloyanqui a protestas diplomáticas y a presión económica.
Esta política imperialista relativamente pasiva, pacífica y limitada fué descartada en favor de una política agresiva, beligerante y amplia de intervención en los asuntos mundiales. La máscara del aislacionismo fué arrojada y expuestos los rasgos verdaderos del imperialismo norteamericano. Roosevelt, primero anunció la nueva tendencia en su famoso dis curso de Chicago, en octubre de 1937, cuando reclamó una cuareniena contra los agresores. Con este lema, proclamó una ofensiva en contra del Japón y Alemania, los principales enemigos del imperialismo norteamericano. Después, colo.
có a la Unión Soviética en la misma categoría.
El New Deal fué sacrificado en aras de la nueva cruza.
da que dictaron las necesidades materiales de los monopolizadores de Norteamérica. La lucha en contra de la plutocracia, que había sido el grito de guerra del New Deal fué abandonada, aún en las palabras, desde el momento en que Roo. 241