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Tribuna Marxista CLAVE cantaron en coro que ellos habían cambiado muchas cosas y que cambiarían muchas más. Mucho ha cambiado en los últimos cuatro años; pero no.
en el sentido de las promesas y profecías de Roosevelt. ha cambiado, en lo que respecta a la población trabajadora de los Estados Unidos, no para mejorar, sino para empeorar. lo peor de todo está todavía por venir. Es la luz de esos profundos cambios, internos e internacionales, así como de los cambios correspondientes en la política de Roosevelt, que debemos examinar la presente campaña presidencial.
El Colapso del New Deal.
El New Deal que floreció en 1936, hoy ha sufrido un colapso casi total. Abandonado por sus propios creadores, ha dejado de guiar las actividades de la administración de Roosevelt.
El New Deal fué una víctima de la declinación económica que comenzó hacia fines de 1937. El agudo descenso de las operaciones industriales, que sucedió al corto boom de Rousevelt, produjo el pánico dentro de los círculos gobernantes.
Los líderes demócratas súbitamente se dieron cuenta, junto con muchos otros, de que a cambio de todos sus prodigiosos esfuerzos y superficiales audacias, el programa de reformas interiores del New Deal había fracasado en la resolución de los problemas básicos del capitalismo norteamericano o en la prevención de un reflujo de depresión económica. La magia de Roosevelt había perdido su poder; los encantamientos del hombre medicina de la Casa Blanca ahora sonaban tan hue.
ros como los de Hoover. Gastados sus recursos políticos en superar las pesadas consecuencias de la crisis anterior, los New Dealers habían guardado muy poco para enfrentarse con la nueva crisis. Estos liberales pequeños burgueses cayeron en la bancarrota.
La insolvencia del movimiento del New Deal obligó a Roosevelt a buscar otra política. El oportunista Ejecutivo del Estado capitalista encontró esa nueva política muy cerca de là mano, en los planes que habían sido mantenidos en reserva y promovidos clandestinamente por los departamentos de Estado y de Guerra.
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