CLAVE Tribuna Marxista ra de derrumbar el statu quo existente; precisamente por eso os ha rechazado a una posición ilegal y os ha convertido en elementos de desorden en la Internacional. Vosotros mismos debéis reconocer que no cabéis en una organización respetable, que incluye hasta ministros y en general las columnas del orden. Así pensaban los vivos, o los opulentos.
Los flacos, o muertos, trataron de referirse al hecho de que en el Congreso Constituyente de la Segunda Internacional, en Hamburgo, el año de 1923, fué aprobado un grandioso punto que reconoce. como expresa Dan la soberanía de la política internacional socialista, sobre la política nacional de los partidos componentes y el papel decisivo de la Internacional, no sólo en tiempo de paz, sino también en tiempo de guerra. No carece de interés el que estos puntos hayan sido propuestos a iniciativa del líder de los mencheviques rusos, Martov. Es claro que los puntos de Martov quedaron sólo en el papel. Los partidos que firmaron los nuevos estatutos eran, en el año de 23, los mismos que llevaron a cabo la traición en el año de 14, menos el ala revolucionaria, Los socialimperialistas concertaron este compromiso verbal con sus aliados de la Internacional 21 con tanta facilidad que ellos mismos necesitaban cubrir su flanco izquierdo: Lá Komintern següía siendo en esos tiempos una organización revolucionaría. La soberanía de los principios internacionales. Sí, con la condición de la defensa de nuestras colonias, mercados, concesiones, y también de nuestra democracia. En esta ambigüedad se encontraba el régimen de la Segunda Internacional hasta que Hitler acabó con el sistema de Versalles.
Para la misma oposición de izquierda. sin embargo, la soberanía de los principios internacionales no significa, como hemos visto, una política independiente, de clase del proletariado, sino, únicamente, la tendencia a entenderse con otras secciones de la Internacional, sobre la cuestión de qué victoria, de cuál burguesía es más ventajosa (para los flacos. En el aparato de esta Internacional. no es posible encontrar ni una persona que represente seriamente la posición de la revolución proletaria. El proletariado, para todos ellos, no es más que una potencia que ayuda a la burguesía progresista. Su internacionalismo es el mismo socialpatriotismo. 40