DemocracyFascismMarxismSocialism

CLAVE Tribuna Marxista of democracia una cantidad extraordinaria de mediocridad pequeñoburguesa para no entender todavía las leyes de reversión de la democracia burguesa en su contradicción, y para seguir considerando la democracia, como una maleta super histórica, en la cual se pueden llevar un tomo de El Capital. un mandato parlamentario, los tirantes, una cartera ministerial, acciones y bonos, el ideal socialista último. la correspondencia íntima con los colegas burgueses, todo. claro! con excepción de explosivos. Básicamente, la democracia burguesa es la fórmula política del libre comercio y nada más. Plantear, en nuestra época, el programa de là lucha por la tiene el mismo éxito y el mismo sentido que luchar por el libre comercio. En cualquier caso, este programa ha resultado también demasiado radical para la Segunda Internacional. Después de una dilación de un año. se queja el autor del artículo. el Comité Ejecutivo) trató, al fin, de examinar el problema de la lucha por la democracia y la paz de nuestra.
época. pero. ay! este propósito acabó con un fracaso. La resistencia se presentaba, naturalmente, por el lado de los opulentos. Particularmente los grandes e influyentes partidos de la Internacional que conservan su legalidad. escribe Dan. no quisieron ampliar y llevar la discusión hasta el fin. y rechazaron la teorización lejana y los pensamientos fútiles. En otras palabras, se negaron a coaligarse en cualquier clase de resoluciones que pudieran, en lo futuro, colocarlos en contradicción con los intereses del imperialismo nacional Se trata de que sólo las secciones flacas de la Segunda Internacional tomen en serio la consigna de la lucha por la democracia contra el fascismo, puesto que ellas mismas son víctimas del fascismo y están evidentemente inclinadas res.
tablecer sus posiciones perdidas con la ayuda de los tanques y morteros demócratas. Esta circunstancia las vuelve peligrosas para las secciones respetables de la Segunda Internacional. Recordemos que en los primeros meses de este año las diplomacias inglesa y fråncesa trataron por todos los medios de atraerse a Italia a qulado. No es necesario decir que en caso de que este intento tuviera éxito, las secciones ingleså y francesa de la Segunda Internacional se ajustarían fácil38