MarxismURSS

CLAVE Tribuna Marxista aborto, sino un sano retoño de la historia. Si su parasitismo rapaz es la explotación en el sentido científico de la palabra, esto significa que la burocracia posee un futuro histórico como la clase dirigente necesaria a cierto sistema económico. He aquí el fin a que lleva la rebelión impaciente, cuando pierde la línea de la disciplina marxista.
Si un mecánico nervioso examina un automóvil en el cual, supongámoslo, escaparon unos gangsters de la persecución policíaca por un mal camino, y encuentra la carrocería. torcida, las ruedas fuera del eje y el motor destrozado parcialmente, puede decir con entera justicia: esto no es un automóvil, el diablo sepa lo que es. Tal apreciación carecería de todo valor técnico, pero expresaría la rebelión legítima de nuestro mecánico ante la obra de los gangsters. Supongamos, sin embargo, que este mismo mecánico deba componer el objeto que él llamó el diablo sepa lo que es. En este caso, reconocerá que se trata de un automóvil maltratado. El determinará qué partes están en orden todavía y cuáles no pueden ser ya reparadas, a fin de decidir de qué manera ha de comenzar el trabajo. El obrero con conciencia de clase mantendrá una actitud similar respecto de la URSS. El tiene pleno derecho a decir que los gangsters de la burocracia han transformado el Estado obrero en algo así como el diablo sepa lo que es. Pero cuando pase de esta explosión de rebeldía la solución del problema político, estará oþligado a reconocer que lo que tiene ante sí es un Estado obrero destrozado, en el cual el motor de la economía está herido, pero que continúa todavía corriendo, y que puede ser reacondicionado completamente con el reemplazo de ciertas partes. Claro que esto sólo es una analogía. Empero, es digno de considerarse.
nueva Un Estado Obrero Contrarrevolucionario.
Se escuchan algunas voces decir: Si nosotros continuamos reconociendo a la como un Estado obrero, tendremos que establecer una categoría: la de un Estado obrero contrarrevolucionario. Este argumento intenta ofender nues.
tra imaginación oponiendo una buena norma programática a una realidad miserable y hasta repugnante. Pero no hemos observado nosotros que de día en día, desde 1923, el Estado Soviético ha jugado un papel cada vez más contrarrevolucio20