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con Calles. En febreTribuna Marxista CLS.
las Izquierdas cardenistas, que es socialismo embustero y escandaloso. Pocos meses más tarde se celebró en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista; Dimitrov pronunció ese discurso célebre que el oportunismo, por labios de uno de sus más caracterizados representantes mexicanos, equiparó en importancia al Manifiesto Comunista; y el de México inició la bordada más duradera y provechosa de su historia. Ungido por la logomaquia dimitroviana, que transformó en política revolucionaria realista. no esquemática. la táctica más infectamente colaboracionista de todos los tiempos, viró hacia el cardenismo, en busca de una fórmula de transición. no hacia la revolución proletaria, sino hacia los empleos públicos y las prebendas que del Gobierno de Cárdenas podía obtener. Interpretó así, con un acierto infalible de que sólo es capaz el instinto, el sentido oculto de la nueva doctrina anunciada por Dimitrov, partir de las postrimerías de 1935, el Partido Comunista Mexicano se acercó, pues, al Estado, y a las organizaciones obreras reformistas, que éste había empezado a proteger, tras de la ruptura de Cárdenas ro de 1936, se fundó la Confederación de Trabajadores México, a la que ingresaron los comunistas a través de su raquítica organización sindical. desde entonces, salvo ciertas desagradables vicisitudes en sus relaciones con la el ha sido ejemplo de apetito burocrático, tanto como de docilidad política, pocas veces igualado, nunca superado en el país.
Ahora bien: la columna vertebral de la nueva estrategia de la Komintern, si nos atenemos no sólo al discurso de Dimitrov, sino a las intervenciones de Pieck y de Ercoli en el VII Congreso, fué la lucha contra el fascismo. El Partido Comunista de México, de acuerdo con su posición de zaguero, siguió el viraje de la Tercera Internacional, exagerándolo. La confusión ideológica imperante en el discurso de Dimitrov, auto de 31