CLAVE Tribuna Marxista La Guerra y el Mexicano Por Francisco Zamora La política del Partido Comunista de México, sección de la Tercera Internacional, se caracterizó siempre por su inestabilidad, por la inseguridad de su rumbo. Podría explicarse este fenómeno con ayuda de una analogía: como partido colista entre todos los de la Internacional, como uno de los que marchan más a la zaga de ésta, debido a sú debilidad y falta de preparación teórica, describe a cada virada de la Komintern un arco proporcional a la distancia que lo separa de quienes marchan a la cabeza. Es, por lo demás, la suerte de todas las colas Nada tiene de extraño, en consecuencia, que la brusca conversión impresa por la burocracia stalinista a la política exterior de la a partir del 23 de agosto próximo pasado, se trasmitiera al Partido Comunista de México bajo la forma de una serie de colazos espasmódicos, en el curso de los cuales ha perdido las últimas partículas de su crédito, junto con buena parte de los mal adheridos elementos que lo inpour tegraban.
Hacia mayo de 1935, el estaba en la oposición. Su lí. der máximo, Hernán Laborde, acusaba todavía al Gobierno de Cárdenas de ser continuador de la política de sus predecesores, en una etapa superior del proceso de fascistización del mundo capitalista y de los preparativos bélicos. así como de seguir el programa de fascistización y reforzamiento del dominio yanqui en México, amparándose bajo el biombo de. 304