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Tribuna Marxista CLAVE lleva adelante la guerra nacional contra los agresores, los comunistas de todo el mundo estarán dispuestos a luchar por el apoyo a este Gobierno.
Laborde no contaba con Stalin, al hacer tan aventuradas aserciones: diez y seis días más tarde, el ejército soviético invadió el territorio polaco, pese al tratado de no agresión firmado por la y Polonia el 25 de mayo de 1932 y prorrogado el de mayo de 1934 hasta diciembre de 1945. Había, por lo tanto, en el mundo comunistas. encabezados por el sabio y querido jefe. nada menos, que no sólo no esta.
ban dispuestos a luchar por el apoyo al gobierno polaco en la.
defensa de su libertad e independencia. sino que eran capaces de apuñalarlo por la espalda. Los labordeanos tuvieron, sin embargo, una ventaja: Molotov cuidó esta vez, temiendo la reacción que el más sucio de los actos recientes de la burocracia stalinista podría suscitar en las masas de la de aprontar pretextos y aducir razones que lo explicaran: es nuestro deber declaró otorgar nuestra ayuda fraternal a los pueblos de la Rusia Blanca y de Ucrania. El gobierno de la Unión Soviética desea sacar al pueblo polaco de la miseria a que fué arrojado por sus líderes fracasados.
Claro está que el se apoderó a la desesperada de la muletilla: Campa la repitió en el estilo gansino que le es peculiar. Hizo más; se atrevió a proclamar, con inigualado cinismo, que el proletariado de todo el mundo saluda la marcha. libertadora del Ejército Rojo, que vela por los interesés de millones de hombres. Doce días después, el Kremlin vuelve a poner en ridículo a los labordeanos, si es que han estado fuera del ridículo alguna vez: Ribbentrop y Molotov firman un nuevo pacto, en el cual, a la nazi, se colocan las consideraciones étnicas por encima de las clasistas; se declara la desaparición de Polonia como Estado independiente; se entrega a veintitrés miloñes de polacos a la barbarie medieval y el salvajismo. al sistema gubernamental de bandidaje político 35