Marxism

Tribuna Marxista CLAVE a la revolución internacional y la edificación de la sociedad 80cialista. El derrocamiento de la burocracia presuponë, por consiguiente, el mantenimiento de la propiedad estatizada y de la economía planeada. Aquí es donde reside el meollo de todo el problema.
Claro que la repartición de las fuerzas productivas entre las distintas ramas de la industria y en general todo el contenido del plan, cambiarán radicalmente cuando éste se halle determinado por los intereses, no de los burócratas, sino de los productores mismos. Mas como, a pesar de todo, se trata del derrocamiento de la oligarquía parasitaria, pero sin perjuicio de mantener la propiedad nacionalizada (estatal. nosotros calificamos la futura revolución como política. Algunos de nuestros críticos (Ciliga, Bruno etc. quieren a cualquier precio calificar la futura revolución como social.
Aceptemos esta denominación. Qué cambia ella, en el fondo? las tareas de la revolución que hemos enumerado, no añade absolutamente nada.
Nuestros críticos, por regla general, toman los hechos tal como nosotros los hemos establecido desde hace largo tiempo. En el fondo, no añaden absolutamente nada a la apreciación de la situación de la burocracia en la sociedad soviética, de las relaciones entre ella y los trabajadores o del papel del Kremlin en la arena internacional. En todo ese dominio, no sólo no corrigen ellos nuestro análisis, sino que, por el contrario, se apoyan enteramente sobre él y aun se limitan exclusivamente a él. Nos acusan solamente de no extraer las conclusiones necesarias. Del examen se desprende, sin em bargo, que esas conclusiones tienen un carácter puramente terminológico. Nuestros críticos se rehusan a calificar un Estado obrero degenerado como Estado obrero. Exigen que se designe a la burocracia totalitaria como clase dirigente. Proponen que se considere la revolución contra esta burocracia, no como política, sino como social. Si nosotros les acordára