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CLAVE Tribuna Marxista mismos del juego no pueden ahora decir con plena certidumbre a dónde exactamente los lleva este juego. Pero aun antes de que el acuerdo entre Moscú y Berlín sea un hecho se ha convertido en un factor de la política internacional, pues todos los centros diplo máticos de Europa y del mundo cuentan ahora con su posibilidad.
Un acuerdo con un país imperialista. cualquiera que sea.
del tipo fascista o democrático es un acuerdo con los esclavistas y explotadores. Un acuerdo temporal de esta clase, puede ser naturalmente impuesto por las circunstancias. Es imposible decir, de una vez por todas, qué acuerdos, con los imperialistas son in admis. bles, cualesquiera que sean las condiciones, de la misma ma: nera que es imposible decir a un sindicato que no tiene derecho de concluir compromisos con los capitalistas, cualesquiera que sean las circunstancias una intransigencia de esta clase tendría puramente un carácter verbal. Mientras un estado obrero exista aislado, sus acuer dos episódicos con los imperialistas son inevitables, en cierto límite.
Pero hay que recordar claramente que eso se reduce a la utilización del antagonismo entre dos pandillas de imperialistas, nada más.
No puede ser cuestión de cubrir los acuerdos secretos con consignas idealistas generales, del tipo de defensa común de la demo cracia. consignas que no contienen nada, sino la más vil engañifa a los obreros.
Sin embargo, la cuestión de saber si en general son permitidos acuerdos de un estado obrero con imperialistas, y en particular fascistas, y en qué condiciones exactamente, pierde ahora, en su forma abstracta, toda importancia. No se trata de un estado obrero en general sino de un estado obrero en proceso de degeneración y de putrefacción. El carácter del acuerdo, su fin y sus límites dependen inmediatamente de quién concluye el acuerdo. El gobierno de Lenin pudo encontrarse forzado en Brest Litovsk. a concluír un acuerdo temporal con los Hohenzo llern, para la salvación de la revolución. El gobierno de Stalin puede concluír acuerdos sólo en interés de la pandilla dirigente del Kremlin y en detrimento de los intereses del proletariado internacional. Los acuerdos del Kremlin con las democracias sig.
aificaron, para las secciones correspondientes de la Komintern, la renuncia a la lucha de clases, el estrangulamiento de las organizaciones revolucionarias, el apoyo al social patriotismo y, como resultado, la bancarrota de la revolución española y el sabotaje de la lucha clasista del proletariado francés. El acuerdo con Chang Kai Chek significó la liquidación inmediata del movimiento cam: