FascismHitlerMarxismStalinURSS

Tribuna Marxista CLAVE tra perdida. Toda la política de los republicanos españoles fué determinada por Moscú. Las relaciones que el gobierno republika cano estableció con los obreros y los campesinos no fueron mas quz la traducción en el idioma de la guerra de las relaciones que se han establecido entre la oligarquía del Kremļin y los pueblos de la Unión Soviética. Los métodos de Gobierno de Azaña Negrini fueron un concentrado de las métodos de la G: de Moscú.
La tendencia fundamental la política consistió en substituir al pueblo por la burocracia, y la burocracia por la policia políti ca. Gracias a las condiciones de la guerra, las tendencias del bo napartismo de Moscú no solamente alcanzaron en España su ex presión suprema, sino que también fueron puestas a prueba. De ahí, la importancia de los acontecimientos españoles desde el punto de vista internacional y, sobre todo, soviético. Stalin its in capaz de luchar; y cuando se ve obligado a hacerlo es incapaz de alcanzar otra cosa que derrotas.
En su discurso en el congreso, Stalin despedaza abiertamen ie la idea de la alianza de las democracias para resistir a los agresores fascistas. Los provocadores a una guerra internacional ya no son ni Mussolini ni Hitler, sino las dos principales democracias le Europa, la Gran Bretaña y Francia, que, según los términos del orador, quieren arrastrar a un conflicto armado a Alemania y la bajo el pretexto de un ataque di Alemania confra Ucrania. El fascismo? Nada tiene que ver en esto. No pre je hablarse, según Stalin, de un ataque de Hítler a Ukrania. y no hay el menor fundamento para un conflicto militar con Hitler.
El abandono de la política de la alianza de las democracias se completa inmediatamente con una humillante arrastrada ante Hii ler y con una limpia precipitada de sus botas. Ese es Stalın!
En Checoslovaquia, la capitulación de las democracias ante el fascismo encontró su expresión personificada en el cambio de gobierno. En la gracias a las inapreciables venta as del régimen totalitario. Stalin es su propio Benes su poropio general Sirovy. Cambia los principios de su política, precisamente para no verse cambiado él mismo: La pandilla bonapartista quiere vivir y dominar, y todo el resto es para ella cuescón de técnica.
En realidad, los métodos políticos de Stalin no se distinguen en nada de los métodos de Hitler. Pero en la esfera de la polt tiça internacional, la diferencia de los resultados salta a la vista.
En un corto plazo, Hítler ha recuperado el territorio del Same,