ARIETE CRONISMOS Los pequeños grandes hombres Ilustra la portada de ARIETE, grabado que representa a hermoso chamaco de ojos negros, pequeñin, vivaracho, con cierto aire de formali.
dad caballeresca en apostura simpática.
Perdido entre multitud abigarrada de gre.
mio que despierta gremio de panaderos, el cronista le halló, y nada raro fue que pensase en negativa. tanto para estudiarle como presen tarle, temprano luchador que ya se enfrenta con la vida, cuando todavía en su jo linitado no asoman los primeros brotes negros de tribulaciones miserandas.
Descalzo Fortyna no tuvo para él económico par de zapatos. pantalones, camisa y cha: leco que, sin duda, improvisóle madre para relegarlo a la fábrica, en virtud de necesidades sur periores, y gorra de dril, puesta con gracioso descuido en cabecita airosa; cuyo pelo, despei.
nado, rebelde por falta de tiempo para amaneraramientos, cae sobre su frente, culminando en rostro risueño, formalito, dijérase: desafiador. el cronista dijo al fotógrafo. Artista, antójase negativas de chamaco escuela; sino proletario como todos; trabajador, y de los para ilustrar ARIETE!
más formalitos, que si no trabaja no come; por lo que con Bien respondió.
sidérase también explotado, siguiendo opiniones corrientes Repentinamente el escogido perdióse entre de aventajadas inteligencias, grupo apiñado de camaradas panaderos, vol. Cuántos pequeños grandes hombres, como éste, rodarán viendo, en seguida, caballero en anchas espaldas ya de taller en taller, de fábrica en fábrica, víctimas exquide travieso ganapán.
Sitas del desatentado atávico?
El infantil compañero revela cosas que cronis.
mos viejísimos apuntalan. El papelerito.
el betunero. y por ese tenor.
1Oh, lista larguísima de anónimas floraciones interesantes!
Falange, que no con tidades sin significado.
Montaña, que no promontorio incodiciable; incondiciable por chaparro. Menguada sociedad estulta, que así te comes a tus hijos en fiesta de saturnales!
Termina el cronista; más la miniatura exige simil; criatura tan peque1Ah! cómo y cómo entonces atravesó la imagi ñísima recuerda cuento de Perrault: Pulgarcito en la casa nación del cronistá, hálito de doloración. del Ogro; Pulgarcito metido en noche que amenaza trage Chamaco, ven; trépate al borde de esta pi dia, precipitando degüello de siete hembras coronadas.
la que simula bautismal, resto testigo de arqui. Chamaco, expropia par de botas fuertes encantadas de tecturas legendarias en casa linda de mosaicos. siete leguas, y, poco tiempo, como Pulgarcito de la fábula, el chamaco trepó; diósele ejemplar acelerarás vida de ogros ROSENDO SALAZAR.
de periódico aludido y. en menos de cinco minutos el artista fotógrafo impresionó codiciada «negativa. Primera observación que ésta sugiere es de si la miniatura sabe leer, tan seriecilla así se la ve fijar miradas en el papel.
No, desgraciadamente; por lo que resulta ironía el verle tener periódico abier to haciéndose ilusión de que, en efecto, silabea.
IPobrel retoño inespontáneo de naturalezas hechas para desesperaciones, su inculta mentalidad no sabe de alegrías áulicas. De la zahurda al amasijo y del amasijo a la zabúrda, no es otra la via.
erucis. pesar, para él ya no es pequeflín, ni chamaco, así, a secas, que necesita de Pe