CommunismNational LiberationWorkers Movement

caso requiere, EN NUESTRO CARACTER DE OBISPO y de mexicano, ya que dicho problema afecta hondamente los patrios intereses y de manera estrecha se relaciona con la moral católica y con los principios del derecho cristiano.
El Obispo de Huejutla, como se ve, habla oficialmente, con su carácter de alto dignatario de la Iglesia católica. lo hace, a decir verdad, en calidad de agente al servicio del imperialismo, tratando de impedir que el pueblo de México apoye al Gobierno en su actividad tendiente a lograr la liberación nacional del país. Para él la expropiación del petróleo ha sido realizada por el gobierno de México bajo la inspiración del imperialismo norteamericano, a fin de arrojar de la República a los imperialistas europeos y para que el imperialismo yanqui pueda reforzar su situación predominante. Según el propio Obispo de Huejutla la ex. propiación del petróleo, lo mismo que la dotación de tierras a los campesinos, lejos de beneficiar al pueblo mexicano lo perjudica, convirtiendo a los trabajadores del campo y de la ciudad en esclavos de un puñado de audaces que ilegítimamente se han apoderado de los puestos de mando del Gobierno y de la economía, super explotándolos en forma más aguda que los peores patrones.
Este tipo de actividades contrarrevolucionarias no la realiza, por lo demás, únicamente el clero católico. De un modo o de otro la llevan a cabo todos los agentes y propagandistas al servicio de lo que hemos llamado el frente de la reacción. Escudándose estos agentes en las liber.
tades democráticas que ahora se disfrutan en México, hacen todo lo posible para destuirlas, a fin de que el país vuelva a etapas sociales que la Revolución trata de superar. Lo mismo planea intrigas para enfrentar al Ejército con el movimiento obrero que tacha de comunista a los funcionarios que obran más de acuerdo con el programa de la Revolución, que trata de dividir a las organizaciones sindicales y de desprestigiar a sus líderes.
La Revolución Mexicana, pues, se encuentra ahora amenazada por poderosos enemigos tanto internos como externos. Esto es preciso reconocerlo y darse cuenta de que el peligro existe. No debe darse a se.
mejantes verdades una interpretación pesimista ni mucho menos. Deben tenerse en cuenta para obrar como las circunstancias lo exijan, para fortalecer LA UNIDAD REVOLUCIONARIA de los elementos progresistas del país y, sobre todo, para que estos elementos templen su ánimo y estén listos para aplastar a la reacción en el momento oportuno.
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