La Herencia de Aníbal Ponce a los Intelectuales Revolucionarios de México El trabajo que insertamos a continuación se debe al ilustre escritor argentino Anibal Ponce, muerto hace poco entre nosotros, y que con razón era reputado como el más vigoroso pensador revolucionario de nuestra América. Fué, originalmente, una conferencia leída ante el Comité Ejecutivo de una organización de intelectuales do izquierda de México, cuyo nombre no mencionamos por dos razones; primera, para no herir susceptibilidades; y, segunda, porque las orientaciones y justas críticas que contiene pueden considerarse como de carácter general. Por su alto valor, este trabajo es indudablemente acreedor al título que encabeza estas líneas.
desencanto agreLos compañeros del Comité Ejecutivo de desde afuera, sino el cariño y el respeto de esta organización (1) me han confiado esta quien, sabiéndose responsable también de su noche una misión muy difícil. De mucha res conducta, aspira a verla, cuanto antes, ejerponsabilidad, por una parte; de impertinente ciendo de veras en América Latina el mayosinceridad, por la otra. Díganos usted me razgo intelectual que el continente entero está han dicho, lo que se piensa de nosotros en dispuesto a aceptar.
América; cuéntenos lo que se comenta, se elo Por su revolución agraria, primero; por la gia o se critica. Demasiado bien sé que no obra genial de un puñado de pintores, después; es precisamente la verdad lo que a un escritor por alguna novela quizá; por el rumor que nos revolucionario puede volver espantadizo o apo llegaba de la construcción ésta o del proyecto cado, y que dentro de la lucha en que hemos aquel. México ejerció hace años en América comprometido nuestra vida están de más los Latina una atracción poderosa, una gravitadiscursos que desfiguran la realidad, ocultan ción irresistible. Frenada más tarde su revolulos defectos o sobreestiman las fuerzas. Pero ción, por motivos que no tengo por qué analino sé si hoy, tan luego hoy en que esta orga. zar, esa fascinación se fué atenuando hasta nización se ha vestido de fiesta, es el momento convertirse poco a poco en oportuno para detenernos un instante, abarcarsivo del que ha confiado en alguien demasiado.
en amplia perspectiva una labor de varios años, La reacción mientras tanto arreciaba en y asumir la responsabilidad de un juicio esti América. Dictaduras abiertas o dictaduras hi.
mativo que puede alcanzar, por momentos, la pócritas, al servicio de las oligarquías más insolemnidad de un examen de conciencia. dignas, terminaron en poco tiempo con las esPorque eso, nada menos que eso, es lo que casas conquistas de nuestras democracias. yo desearía que fueran mis palabras. No me una a una fueron desapareciendo, la libertad hubiera animado a decir lo de sufragio, la libertad sindical. la libertad de nización pensamos en América, si no tuviera escribir. Un clima de oprobio asfixiante la convicción de que, al enjuiciarla, quizá con hasta la desesperación, fué extendiéndose sotribuya yo, como vocero de tantos otros escri bre todo el continente. Delitos medioevales, tores, a remover cierto sosiego pernicioso, a lla como el sacrilegio y la blasfemia. que mar la atención sobre algunos aspectos descui creíamos olvidados para siempre, renacieron de dados, a sugerir ojalá. el proceder que va pronto entre un bisbiseo de rosarios; aparatos implícito en el propio prestigio continental de tartura que hasta entonces sólo habíamos la agrupación. puesto que soy uno de sus conocido en los museos, comenzaron a ser los miembros, y desempeño además la secretaría instrumentos preferidos de las policías y de los de exterior, creo innecesario agregar que en juzgados. La denuncia, la persecución, el cetodo lo que yo comente o critique irá no sólo rror, cortaron las alas a toda inquietud renola observación del escritor que la contemplavadora, amordazaron el movimiento estudiantil y obrero, llenaron las cárceles con profeso(1) Donde se lee organización. en el mares, periodistas y poetas. Desde la escuela has nuscrito original aparecía el nombre de la agrupación a que se refiere Aníbal Ponce.
ta la universidad, desde la tribuna hasta la que de esta orgaPAGINA