168 RENOVACION proporcionar al pasajero cuanto les plata, el agua limpida y fría de la es posible, con la mejor voluntad. montaña.
Las posadas de esos caminos no BON Mientras duró la comida, el viejo le hoteles, sino casas de familia, donde hablaba de la guerra que acababa de siempre el que lo ha menester encuen pasar; tra una mesa puesta y una cama. Más larga y horrorosa que la del (tendida. y corazones sencillos, ca 60; 10 se figura usted.
ribosos, que considerar la hospitali. La guerra del 60, en comparación dad conio tin favor que recibe quien con la última, perdería en adelante su lo da, como un deber ordenado por fama legendariit. Dios.
Ayl señor. exclamó la mujer la partida del viajero, cuando és. creíamos que eso no iba a acabar ounte pregunta cuánto debe, contestan ca. iQué aprensiones, qué sustos cada casi siempre. rato! Que viene la partida! y todos. Nada, señnt, que le vaya bien, los hombres a corret; que están pe.
Andrés, fatigndo, echó pié a tierra leando eu do sé qué parte; que han en el patio de la casa, y el mismo cogido a un general. No hablaban sino dueño de ella se hizo. ÇATgo del caba de generales, que ya ni se gabía.
flo y ayudó a Tomás a descargar. todas las cosas por las nubes.
Cuando el posadero supo quién ere dijo la hija mayor, en tanto que aten.
Andrés y de dónde venía, llamó en día al servicio de la mesa; todo tan alta voz a la mujer y a toda la fami caro.
lia, para que vinieran a atender al Los pobres, los pobres son los huésped que tenían en su casa que pagan. Agregó sentenciosamente No saben ustedes quién es! Pues la señora.
es el hijo de don Manuel de Campo. Qué guerra, por Dios!
que viene del extranjero. Tomás, con el sombrero en la ma Ahl el señor del Campo, que en no, asotuó la cabeza a la salita y dijo sus viajes al puerto siempre poseba desde el corredor. aqui. iTan bueno que erat Dispense, patrón: la qué horas Andrés, en silencio, turbado por la quiere que lo llame trañanat memoria de su padre, dio la mano a Cuando calcules que sead: las la señora y a las niñas.
chatro. Pues si aquí durmieron, él y us. Tan temprano! dijo el duefio de ted, cuando usted se iba! No es así? 884. Sí, me acuerdo. Sí, quiero aprovechar la luna pa Eso hace años. Iba usted may ra alcanzar a llegar a Cali. jovencito. Tiene razón. Estará desesperado La señora, con el instinto de su buen por llegar, dijo la señora. Qué alecorazón, interrumpió ese diálogo que grón le va a dar a su mama!
iba a entristecer a su huésped; y obse El posadero salió al patio y dió al.
quiosa y atenta se esforzó porque nada günas órdenes a los mozos, le faltara. Pónganle bastante caña al caba.
Encendieron las luces y media horá llo de la montura y aseguren las otras después, en la misma sala, sobre una bestias en la manguita Vos, José, mesa pequeña cubierta con un mag. madrugás para ayudarle al peón.
tel que aún tenía los dobleces, le sir. Andrés se acostó tem prano en una vieron tina comida improvisada: bue cana rústica cuyas sábapas y fundas, vos, carne y plátanos fritos, pan de acabadas de sacat del baúl, olfat a 111aíz y de postres queso y tida bir qucreme.
viente taza de chocolate, cuya espuma a alcoba donde fué instalado era brillaba eu burbujitas foro soles co Una pieza teva, de madera, con una uno piedras preciosas. ventanita kacia el campo. La dejó Por últiino, en up rústico jarro de abierta para que entrara el aire fresco Este documento es propiedad de la Bblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica