RENOVACION 171 ba! medida que subía iba pensando Era desde esa altura de donde haen la ventura que casi había olvidado bía soñado volver a contemplarlo. Es durante la jornada. Volvía a darse todas sus tristezas, en todos sus anhe.
cuenta de que no marchaba a lo des los, en todas sus nostalgias, a esa. conocido, sino que se iba aproximan. cumbre volaba su imaginación, allí se do a donde lo conducía su corazón. detenía, allí se estesiaba. ahora, no Tuvo una ligera sensación de frio, era sueño, sino la realidad llena de demasiado sutil para que fuese produ encanto, la visión de la tierra prome.
cida por la frescura perfumada de la tida.
selva andina, Delante de sus ojos estaba el círcu.
De pronto, en una curta del cami: 10 ipfinito de verdor eterno, con sus no, oyó voces varoniles y rumores de azules ríos y su laguna de plata: un caballos; jinetes no vistos aun se acer horizonte cuyo límite se pierde eu la caban a él. Se estremeció con aquella brunia trasparente, de donde sobresa.
emoción que precede a los sucesos len, tocando el. cúpulas inminentes. Abrió los ojos desmesu. Jas cimas altísimas de la cordillera, rados y vió desembocar los jinetes en que a la luz del poniente resplandecen ung vuelta.
como pirámides de oro; y más alto Aquí. viene! Aquí vienel clama. que ellas, el nevado del Huile solitaron voces en el grupo.
rio, fúlgida mole de diamante. Aldeas luego, un solo nudo de abrazos dispersas en lejanas colinas iluminadesde los caballos y rumor confuso das por el sol; en el flanco de una de los que se vuelven a ver. Fué des. sierra, la casa idealizada por el amor pués del abrazo ciego cuando Andrés de Maria; redondos oásis de bosquellegó al reconocimiento de los que cillos oscuros en la pampa sin límites; habían ido a su encuentro.
y sultana de ese paraíso, la ciudad 10h, cómo estaban cambiados sus querida, Cali dicbosa, la de los blat.
hermanos y amigos! Cómo estaría cos campanarios y las verdes palmas.
cambiado el Andrés se había apeado del caballo Aquel hombre fornido y arrogante para sentir bajo sus plantas el suelo era su hermano Eleazar? Aquel joven nativo, mientras contemplaba tanta alto, de bigote traciente, era el menor, belleza, Largo fue su arrobamiento Nelo, a quien Andrés había dejado silencioso. Todos callaban. Por ilti.
nifio? Si se hubieran encontrado en mo, el joven escondió la frente en el algún camino del mundo, tal vez han pecho de Nelo y ahí lloro.
brían hablado como extrafias, sin ret conocerse. Andrés comprendió la no XIV ción del tiempo y de la vida.
Subió la alegre cabalgata, hablando Los que no han salido de su patria todos, disputándose cada uno el lado no pueden comprender ese llanto. Los de Andrés. Apenas había tenido tien que no tienen en su frente la contracpo de preguntat en voz baja a Nelo, ción de la nostalgia meditabunda y por las dos que lo estaban esperando, triste; no saben ese arrobamiento sin Parecía que la tarde se había apa palabras, que su gado por completo; pero ya cerca de que vuelve, a la vista de lo que dejó.
la cumbre doraba el sol las altas copas No puedea explicarse por qué el prosde los árboles no invadidos auo por crito suele llevar coosigo un puñado la marea negra de la sombra. Estaba de aquella tierra bendita, sin la cual próximo el alto de las Cruces. El co se secaría como una flor sia savie.
razón de Andrés Catfa fuertemente. IY tan indiferentes que son, mienY de súbito. como una decoración tras permanecemos entre ellas, todas inmensa, el valle del Cauca apareció las cosas que forman nuestro primer con toda su majestad maravillosa, ambiente! iQuién creyera que cuando deslumbradora, incomparable. eso se abandona, adquiere en la meo de Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Mguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica