134 RENOVACION viendo o sospechando mancillarla su hopra, acaso locos, se arrojad con zohle ina sobre el perfido seductor o sobre la esposa femen.
tida en quien liabían puesto toca su con GADIA, y castigan la artera traición cou la mucrte!
MARCELO, may calmoso. La muerte a quien 70s ainó y dejó de aniarnos. No es evo, papá Corno si por ciento uną. inujer noe quiso ed un tiempo, tuviera la obliga ción de querernos toda la vida, ANDRÉS. Cabalmente.
MARCELO, CON energia, pero sin alzar la zoz. Pues bico, yo aseguro lo contrario.
Por vettura tetieniot el derecho de exigir lo que no dattios? Acaso noaotro, las Amamnos y lcs somos fieles toda la vida? Nuestra existencia de novios, de maridos o de amali teg, 20 este sembrarla de falsias y de traiclouen?
Que amamos a una mujer y nos engaña?
Si la traición mata el amor, slejéinasla en buena hora gozapilo de su libertad; però si a pcdar del engatio seguimos sinténdola, por que yapiog a torturarnos dándole la muerte, separandola de nosotros para siempre?
Doda ANT. Ratinis tiempos do pasabati esas cosas, porque habia tus temor de Dios, D, ANDRÉS. el respeto social. el honor?
MARCEL, Fi honor. Bahl. Neda tan convencional! Prácticamente se reduce, en sintesis, a la buena opinión, eo que los otros nog tengan, a la estimación que se sirve concederos; y plegarEOS parecer ejeno, equivale vivir de limOADAS morales. EAO queda para los ineudigos!
ROBERTO. De acuerdo, mi querido Rothe childi Don ANDRÉS, siempre enfálico. Sin cal bargo, es preciso, indispensable, respetar los fueros del medio en que aos movemos, cumplir las cláusulas del Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau!
MARCELO, sonriendo. irónico, Excelentel. May pintoresco es todo eso. Pero no vemos todos los días que la sociedad, esa respetabilisinia socicilar cuyos fueros usted defiende, no se preocupa mucho di poco por hacerlos acatar? No tendemios, sin ruborizarnos, la mano asureros sin entrafias, a talures coupeder uiros, a caballeros de industria y amatrodas con historia oficial, que se Pavoueaa triunfalmente en nuestros bailes de gale?
Es que no siguen siendo muy simpáticos los bribones con dinero, y que la prensa no sigue calificantlo cotidianamente de honorá bles a negociantes quebrados o a incendiarios ROBRRT0. Sí, y sobre todo a los incecliarios que tanto se empeñan por el ornato mupicipal y el alumbrado público.
MARC 10. Déjame co paz!
Es que la prensa do sigue calificaudo de caballeros a ciertos sujetos titty conocidos, que aceptan con nta y festiva resignación todas las complacencias de sus mujeres, heciendo de ellas los peldaños por donde esalan todas las posiciones?
Dosa ANT. Es el resultado de esa Pren.
sa intoral. ROBERTO. sin horralez, que es el peor. Yo cuando veo venir a un periodista te abotono fa americana.
MARÇELO. Eu quę föruta, pues, ejerce la sanción esa sociedar) celosa de sus fueros y sefiorios Le saciót, no existe, tal puede existir, porque esta sociedad la format, en parte, esos mismos usureros, esos mismos tabures, esas mismas dainas sospechosas y esos mismros rufianesi Ahora bien, dar Hitlerit a una mujer a la que se ha Ainado con toca el alma, ya la que talvez se seguirá Anlendo, para coinplacer tradiciones de la Edad Merlia, es cobarde y salvaje, Expectación en el auditorio.
ROBERTO, con la intención de poner G la contersación, rápidamente. Marcelo: a propósito de altas posiciones, en qué se jnrecen nuestros hombres públicos a los libros de una biblioteca?
Volvitndose poco. ver, son Andrés, que dice usted, señor Ministro, que los conoce tanto? ANDRÉS, Heno de varilaciones que illdicor esfuerzo merlal, no tartamudeo, Pues ami. se me ocurre. pues que. si, si. eso es. si. que los libros se parecen a los estatlistas en que. entre tocios com. pletag el saber!
Dirige en derrador una mirada triunfal.
ROBARTO. NO, stor Ministro, no ha acertado listed. Los libros de una biblioteca Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Libano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.