RENOVACION 105 alguna curva, podria aventarlo muy.
lejos y hacerle daño. el carrito en que viajaba mi coPuuu, putu. chic, chie, chic. el razón?
tren partió.
Alli estaba acurrucadito a un lado Desde eni ventana agitaba el pande de la vía, esperando quietecito el treu lo despidiendo aquel tren es que par de salvamento; reposaba sobre el bra.
tía mi corazón, zo izquierdo del carro que le seguía, quien, en el momento del peligro. Horror, un descarrilamiento. olvidándose de sí mismo, metió el Una Macolla espinosa y enorme de brazito que le quedaba libre para imcardo, de ese que gusta tanto de cre pedir que cayera sobre una piedra cer entre ruinas y escombros, se ha puntiaguda, bía enredado entre los pies descalzos Aquel carrito noble y generoso, vesde varios de los carros y alcanzado ta harapos e iba descalzo conio casi hasta la caña hneça produciendo el todos los hijos del pueblo.
terrible siniestro; la conmoción del tren fué tremenda: Carros a la dere. cha, carros a la izquierda, carros unos Hijo de mi alma; busca el corazón sobre otros.
del pueblo y reposa tranquilo sobre Como un tren de salvamento ne él; oculta an oceado de boodad sólo precipité hacia el lugar del siniestro. comparable al que guardan en siis Felizmente, los daños na pasaban entrañas las cordilleras eternas.
de rasponazos, chichones y espinadas; carros inutilizados, ninguno.
Salomón Castro. El prado de las cuatro bellezas rithi Pisa, vilmperio delle genti.
DANT. InftTHO, XXXIN. Porque Pisa tiene el eacanto de su visitara Florencia y si en sus calles o soledad, porque el turismo invasor en sus palacios, en sus museos o sobre la descuida y porque guarda de su el Arno amigo pozara de estética voantigua grandeza el recuerdo fragante luptuosidad, llegarla el inglés recy arnionioso, el peregrino que deseare tilíneo o la Americana turbulenta a recibir hondas emociones de arte y de destruir su suelo con alguna tonta latinidad, debierg comeuzar por ell interrogación o con 100 fotografía su ruta itálica.
irreverente. Llegaría luego la carat Florencia pudo llerarle con la pri vana de turistas guiada por tiniin.
macía política el cetro artístico, ponderable cicerone y, al rato, boquia, pudo vencerla y sojetarla, pero de biertos y sabios, los clientes de Cook Pisa salió la luz que luego fue asegurarían con filosofico convenci.
miento que en nuestre época los areso guarda como un tesoro el nombre tistas, no hacen obras semejantes. de Nicolás Pisano, el precursor, que veodría también la juefable pareja de había de ballar en los mármoles de las epaitorados a ruborizarse ingenua.
tumbas antiguas la inspiración renova mente ante un maravilloso desnudo, dora. así el amador de arte que vi y el peregrino habría de contemplar niere de Grecia, con escala en Ronia la traviesa mirada de soslayo de la debiera ante el reliere que representa novia y la estirada actitud de conve.
la caza de Meleagro, iniciar su pere niencia del galán Su sueño habría de grinación admirativa.
turbarse por tanta herejía, por tanla Además, Pisa le ofrecerá sosiego. indiferencia, por tainaña niediocridad.
Si cargado de ilusión y de ensueño En cambio, las pequeñas ciudades.
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