126 RENOVACION pobreza se perpetue entre los hom. de los actos. Puede serlo siquiera la bres?
de los tuyos y los míos?
Sigamos, sigamos. Tú, rico, gtar Somos, cuantos de mujer nacimos, das, los años de abundante cosecha, responsables de nuestros actos; pero, en tuis trojes, el grano que recogiste, fíjate bien, cada uno según la educay esperas los días de escasez para ena ción que recibió, según la enseñanza jenarlo con ventaja. Cuando esos días que le dieron, según el pueblo en que llegan, lo vendes al precio mayor que vive, según la sociedad que frecuenta, la carestía te permite. Qué dice sobre según el aire moral que respira, según este acto de codicia tu conciencia? sea o no susceptible de extrañas su. Mi conciencia no me repreude gestiones. iQué de hombres hay que nunca por el tiso de mi derecho. no aciertan a ver nada por sus mismos. Ah! Ve aquil lo que distinguie la ojos ai a decidir nada por su propio tuya de la mia: la tuya se amolda a la juicio! Se cimbrean esos hombres a las ley civil, la mía a la ley moral; la tuya palabras del que creen superior como a lg razóu de tu siglo, la inſa a la razón se cimbrea la caña al viento. En tu propia. Seguro estoy de que discrepa, casa y en la mia hay almas que porfaz en cuantas cuestiones promo. dríamos fácilmente conducir al crimen.
viese. No discurres aquí con la solidez. Pero da qué viene tan prolijo in que acostumbras. Te pierdes en cuesterrogatorio. qué conexión tiene con tiones secundarias. Nadie duda sobre la respousabilidad de que tratamos. los preceptos del Decálogo; conciencia No te enojes. No te impacientes, alguna deja de condenar el que los Tú y yo hemos recibido la misma educa infringe.
ción, casi la misma enseñanza. Amigos No matarásı dice el Decálogo, y fueron ya nuestros padres, y amigos tú entiendes que puedes matar a tu.
continuamos siendo nosotros. Estuvi ofensor en duelo, y a tu mujer adúltemos juntos largo tienpo. No porque ra y su complice hasta con alevosſa.
después hayamos vivido el uno mu, y, en igual o desigual combate, a los cha distancia del otro nos hemos ca enemigos de tu patria, No burtallado ni las ideas que concebiainos ni rás. dice el Decálogo, y tú no vaci.
los sentimientos que nos agitaban. Tas en recoger el fruto del trabajo ajeno, Hemos contrarrestado los efectos de la y cuando ves con hambre a tus vecinos separación por la frecuente correspon les encareces sin remordimiento el dencia que betuos sostenido en mis grado de tus trojes. Ama al prójimo Jargos viajes por Europa y América. como a ti mismos, dice el Decálogo, Sin embargo, ya lo ves: están compie y tú, para vivir, condenas tamente discordes tu conciencia y toi mo a un trabajo que para ti no quieres.
copciencia. Calcula si lo estarád medos Me estás faltando.
en hombres que ningún víuculo enla. No, no te falto. Tu conducta no ce, pertenezcan a diferentes categorías es más que la confirmación de mi teosociales y abriguen los celos y los ría. Obras dentro de la nioral de tu odios que no puede menos de engen nación y de tu siglo: obras según la drar la extrema desigualdad de condi educación que recibiste, según la enciones.
señanza que te dieron, según la socie.
Si marchan discordes, las concien dad que frecuentas, según el ambiente cias. cómo ha de ser la misma en en que vives. Nadie tiene derecho a todos los hombres la responsabilidad censurarte como no sea el que, romH. i los maestros: Acabamos de recibir la importante obra. Cuadros de la Naturaleza, de ANTONIO URIBgEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.