56 RENOVACION LA media noole aarda. DABD BD la arboleda al solo de la brisa que se vuelve más queda, Tiena su nepro Subice, Hobro mundo suspenso, El murmulio indeciso de un caracol EnmDBO. Dryops, al flautista, preso ea dulces cadenas Enda melodia tanda sus opatro panas.
Sa asa se abra y palpita eoma UDA krunde ala. por su bilo de música la intensidad escala. Apagaba en candoreg intangibles míluego. Vexabe el silencio de aquel amor testigo, ponerse entre ambos como un gran perro amigo; entonces esos ojos, para mi dicha inorte Se velvian inmensos como el mar o la puerte.
Eu Phanion está representada la mujer que ha inspirado un amor esencialinepte espiritual. Continúa así: Recordando el pertume de viajes alogrias Al hombre numeroso de panas y de dias Phaoloa ravivo voces en mi almaa tugturna Como Indecisa nebula en la quietud. DOCUTOA vuelvo a ver sus manOS, BU Inados luminosas De inocencia, quranda mis entertaixas Togas; tuelvo a ver abs ojos, e medias compaagidos: Es la postalgia ajánita de los tonos idos: Sus manos. qua padeceu cotud intants reclusas, Desbajando er: jazrajaos tlusiones confusak; Sus ojos. que en el dnela de trágicos saludos, Ian sólo. Notar saben, como niñitos mudos.
Continúa el desfile con El Mal Ine.
fables. Aquiel Día. y a Las Loas de Nuestra Servidumbres hasta llegar al León Cautivo» en que el poeta pinta la pelancolla de un león ya viejo, condenado a vivir encerrado en una jaula, y que a pesar de su decadencia sieute a veces los impulsos de sti sangre y recuerda que. ya pada recuerdo de sus otras hochize Nađa så de sus labioa, nada sé de sus rizos Puss cuando nos ambamos con la infantil sorpresa De aquellos tandes éxtasis: de 11x yo estaba en ese Edad de cuitas braves y fáciles sonrojos En que sólo de adotan las manos y los dios Es la hora engine hacia elveda, con nerviosas cautetes Desciende el axerarlo troto de las gacelas, Bajo la tiragia de atá vicos misterios La fibra sienta in dobre influjo de destino. en el oro alat tope de au ojo mortecino Sa hasta una magnanima desilasión de imparios Los otros cautos de la flauta son otros tantos recuerdos dedicados a As clepias, Tigo e Janira, el último de los cuales dice así: Fui a la hora en que de pilda violeta se riste Coa:o. si allgorara editabondos duelos, La estrella de la tarde consolaba a los cielas La noche, presurando tugas de inquietas aves, Espaciaba en las nubes no sé qua idegs greves, Yorlaba el horizonte donde el silencio piense, Con la Axujada aombre de ne post ana in blouse 281 estaba el crepúscula cuando te vi, lazira: aquello tué una tardo. porque si bien se mira, Cuando el amor en te houdu det ser se arraiga y ardo, Toda produsvantüra Cointen ea Asf:UDR terde.
El Crepúsculo de los Condores es 10 paisaje eti que sólo se ven rocas al.
tísimas y agrestes, selvas virgenes que sólo se han abierto para dar paso las fieras, condores, buitres, y luchas de gigautes en la inmeosa soledad de las alturas. El silencio es el único que contempla el paisaje, teñido ya de crespón por la agonía del sol; de repente, aparece un condor que vuelve. su morada, y desde las alturas, pa.
sea su mirada por las rocas natales, donde ahora guarda siis hijos, que lo esperan ansiosos por la presa que les Vega Más adelante dice así: El viento zumba en 84 al má como en una alta vorla: Vele tida en larros soslayos do bavaje: cuando a breve trecho de au paramo bala.
Con la coción Banguinez doon impetu bizarro vibra in crusta 011 au áspera cabeza de guitarro; roa teror codicis. que es paternal desvalo, Eola vide gote de sa pin. centellea, Blen sé que tú no puedes autaime, porodja Uue ea acndos imposibles te traduzca snimaejia.
Un poco de imposible vuelvo al amor más puro: El recuerdo es solemne como un bantuerlo cbscato, Yen sus agradas sombras to coasidero morta.
Para poder amarte sin que nadie lo advierte.
Después de hacer un recuerdo al día en que conoció a Ianira, dice: Pero he aquí que un viejo buitre aparece en los aires, meciéndose con tal lentitud que parece dormir fastidiado de montaña y de infinito: vuela tan alto, que el sol, que ya dijo rhasta maflanar a la llanura, aun le dora cou sus rayos a diez mil pies de altura. Se siente fuerte en medio de su decrepitud y volando hacia la roca, morada Desde entonces mi vida, falta de 112 presencia, Es como una redoma que contar una esencia Tu desvio me manda que te aleje. No puedo Con mi peng agonizo, sin ella tungo miedo, Este documento es propiedad de la Bblioteca Nacional Miguel Obregón Libano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.