RENOVACION asombrases de llegar al mismo punto, Torqueniacta y Marat; Jacobo Clement y Barére; los sarnbertolomnistas y los septem bristas; et Santo Oficio y el Comité de Salud Pablica, los expulsadores de moros y ju.
dios y los incendiarios de iglesias y con yeutos. IIe citado tan extensamente a Rodo por dos razones: Porque su indiscutible autoridad en los países americanos en donde el Apostolado de la cultura reclama el coutingente desinteresado de coentos se preocupen por su porvenir, viene a prestarle a este ensayo el mérito de que carece. Tal es la primera razón; y la segunda: porque vulgarizar ideas, expresadas mejor que pudiera uno intentarlo, ideas que contribuyan a vigorizar con su prestigio y su savla generosa el árbol de la libertad en otros climas y en otras latitudes, es labor enaltecedora para quien la emprende y el mejor medio de manifestar nuestra gratitud a los apóstoles de la cultura, Det tibro Cirmasta dalilira, de Enrigou Parer. De venta en la librerú Lectura Barat de Palo.
Zeledón Ya no hay flores.
Para Bilio, recordando En su oficina adonde vamos a ver quieto, con las ansiedades de mi allo a menudo, entre las filas de libros ma. Así, en una suprema aspiración, alineados como un batallón de pensa con la misma devocióu conque el ladores el buen amigo que ba vivido briego entierta la siguieute en el surco siempre en nuestro medio en un gesto fresco y fecundo, puse el su corazón de valerosa resolución ante todos los mi canto, el canto de mi vida, el sudesastres, y que pone sobre la rudeza premo canto de mi amor. Ella, tierna de esta hora de roseros mercantilis. y adorable, aboudó los presentinien mos la amable nota de su gentimiento, tos de mi canto, y me premio desde porque cree con Ugarte que más difi. entonces con un ramo de las flores cil que vivir et ensueño sin la vida es más bellas y más olorosas, donde ha.
vivir la vida sig el ensueñor nos dijo bla resedas y violetas y sieuprevivas, con nua sourisa de satisfacción, rvean, atadas con el hilo de seda de su espilos gajes de los versos: y nos mostró ritualidad: las dores de su carifio.
un bonito ramo de violetas. Hace Con ellas, con sus pétalos, marqué tiempo hice unos versos para una ni. ciertos pasajes de mis libros queridos; fita. Amable y buena, me trae desde con su perfume sentíme libre de los entonces todas las semanas un ramo hastíos que divirtieran Werter y Leode dores que, colocado sobre mi mesa pardi, y creí que ya tenían justificatide trabajo, en las largas horas de la vo y finalidad mis luchas y mi fatiga diaria, carga el ambiente de Pero el jardíu que tan lindas flores perfumes que son como perfumes de produjera se pliso estéril, y la otra noagradecimientot.
che ya no bubo ramillete de mirtos y yo, que ne guardo un poema resedas para premiar mi canto.
inédito para recitarlo alguna vez en Ella, la jardinera, quién sabe si to uua hora propicia a la tristeza, un ba olvidado ya. Talvez lo uusite en poema amargo y doloroso, me puse a voz baja cuando el recuerdo se yerga recordar: Ante ella como una interrogación, Yo tambiéo bice un canto a una Pero, ya no hay flores para mí, y tuis mujer, el cauto (le mi esperanza, el libros queridos se quedarán sin señacanto apasionado de mi anlielo; lo lar; volverán quedar mi vida sin jus.
formé con gotas de mi propia sangre, tificativo y sin finalidad, y caeré de con palpitaciones de mi espíritu in nuevo en las piurrias y los luastios que alimentar Werter y Leopardi. 1) Roda Obru citu Albertazzi Avendaño Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.