RENOVACION 39 se dirige al sitio sospechoso andando sobre la punta de los zapalones; en el trayecto formula cien planes de captura: tomará al sacrileyo por el cuello, le mirará a la cara, le dirá cuatro frescas y, luego, cataplan; ta calle! O, para que el correctivo resulte más eficaz, le zain pari mertia docena dle me icones en la crisma, que bien merecidos se Jos licne quien asi viola el sagradio recinto.
0, al no, levantará al audaz et vilo, y zas, de cabeza en la pila. Mas he aqui que en llegando al punto, torlos los planes del buen ÁTTOCO se desvaneced, los desvanece la mirata candorosa y dulce de Pascuala, la linda pịuchachita de cinco años, la primoros Pascualitia qtie invita al depot CL58 a hajar ta más hermosa y la fuás alta de tollas tas rosas del jurdin.
El Padre Apolonia, el solicito jardinero, doloso vengador de la Virgen, Be sfedte que no puede resistir; sin saber por qué, sin adivinar la causa, obedece como un piño: baja la rama, desprende la flor y la coloca en el delantal de la pequebe.
Buy regocijada, la bella larlronzuela hace ademán de mercharse, toma por una de las avenidas y se dirige hacia la puerta. Al buco párroco reflexiona y siente escrapalos: squella rosa pertenece a la Virgen y es quien debe recobrarla. Reflexiona más y se le ocurren procecinientos; por cjeni: pso, entraré en Arreglos con aquel diablillo, le dará una moneda et ambio, eso es eso es Ahora, el Padre Apolonio se elicuentra muy asorybrado. Es extraño, exclama, una pupistura que me deja plantado con mi to nedá y se larga llevando en triunfo una simple rosa cargada de rocio. No compresdo, es extraño.
Efectivatiente, el pobre hombre no comprebila, Los castrados Al pie de la questa pedregosa, junto al río oluoso y tranquilo se alza, en siniestro coajusto, la gran thric de cervezas como una male de csfuerzo.
Eu el luterior las rutclas cantan con muy variado acento y los bolos nugen ca furioso vaivén sin cansarse nunca. En la parte posterior del edificio, el Diaoso río que lame los muros se desliza arrastrando resfluos y poilreclambres. Al verle tan tranquilo se diría que merita con penseinientos oleosos acer(a de tan triste condición, Igual efecto llace en el observallor la contemplación del inpienso bucy que rumia vu quebranto en un rincon de la lauria en piedio de barriles, de fardos y de mozos se labor. Le lainan El Sardo y su fatiga cotidiaba consiste en pones la cabeza a la yunta de caballos crando éstos, cuesta arnie, van tirando del peu sado carro cargado con productos de la 14brick. Entonces El Sardo une sy esfuerzo al de los caballos y una vez vencida la jorthada regresa hasta el bajo para ayudar de due yo a la otra yunta que se prepara al ascetis, Tal es la condición del pobrę, cel thanso bucy: unir 84 esfuerzo poderoso al de los otros esclaves en la questa pedregosa de 54 destino, unirse a ellos en la servidumbre, nunca en la rebelion. He abt la suerte de los castrados, Del arrabal Aaibo de prescriciar una de esas frecuentes escenas que ponende manifiesto la mons truostitud de esa bestia que se llamia ja civt fiznción, eu cujes ancas cu langa el presente por cncima de sollazos y podreduinbre. He visto que la madre de tres niños sib padre y sin niís alrigo ni amparo que un pajize techo, de seis anos el inayor, taciotaba para los pequeflos, la hora de almueryo. 01 pušiado de plátanos, Bocochados apenas, y un poco de agua ligeramente endulzada, por todo alimento. os tres pifioa devoraron ansiosainente cada uno su miserable ración y luego se amontonaron en el suelo silenciosos, duy juntitos, muy tristes. La madre contemptaba el grupo como quieti contén pła la única ilusión que resta, Hecha pedazes por el viento del desastre y cuyos despojos se agtomeren en inforine poptot. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.