. 26 RENOVACION para atravesar la tempestad desenca. arranca jamás, La sangre del suicidio denada sobre ella.
enconará la herida. Tal vez, a vivir el Carlota es indudablemente inacce más tiempo, Carlota lo hubiera alejasible a la seducción; el deber foring sti do; pero la muerte le hace irresistible Dropia naturaleza; su rectitud la de e inolvidable, y su tragico espectro VR fiende de la menor fragilidad; antes a encarnarse en su vida. Eres mia!
que sucuabiera, moriría. Pero si ip ieres mía. clama Wertlier en su últi.
corruptible su virtud, su ittagidación ma carta. es verdad; entre si mujer es sensible, dada a la poesía, y a la y él, Alberto sentirá desde ahora inmúsica, enamorada de bellos enstie. visible tercero. Ocupará una sombra fios. Su vida anda, pero su alma vue. Su tálamo e irá obscureciéndose cada la. Werther personifica sus aspiracio. día con finestos stienos que stingeti pes ideales y le aparece como evocado de la tumba.
por la magia de los versos de que erther, como es sabido, no es uua gusta y de las nielodías que toca en el simple ficción; la autobiografía se mezclavicordio, surgiendo de las oceáni cla con la novela; Goethe corrió real.
cas regiones en que se ciernen sus mente el peligro de ser el héroe de sti, pensamientos. Cuando el fantasma se propia obra. Tendría veinte y cuatro hace carne y se precisa su vago amor años, cuando su padre deseoso de que con los rasgos de violeuta pasión, sin perfeccionara sus estudios de derecho, duda que Carlota se espanta y se re. le envió a Vetzlar en Hesse, donde procha el no haberlo rechazado; sin conoció a Carlota Buff, hija del bailio duda que retrocede ante la hoguera de la Orden aleinana, y novia de un que encendió sio querer, pero secreto joven secretario de la Legación de hechizo la trae de guevo al círculo de Hannover, llamado Kestner: Era es.
embeleso. Esto no puede seguir astphelta y ligera, elegante, respirando exclama un día 10; 110 puede du. salud. la alegre actividad que la IŢAT. sin embargo, sigue, puesto acompaña, el cumpliiniento fácil de que deja que vuelva, y de grado o a los deberes cotidianos, cran sus cutla fuerza, en la última entrevista cae idades, y más que a particulares up instante en sus brazos. El la estre. afecciones, se incliuaba naturalmente na contra su corazón y cubre sus ite a cierta benevolencia geseral. Tal temblorosos y balbucientes labios de es el retrato que traza en suis metuo.
frenéticos besos. Werther exclama rias, de la verdadera Carlota, la velta con abogado acento y volviéndo. cual la novela sólo ha dado relieve.
ose, Werther! con Nano débil Goethe pasó en fraternal intimidad intenta separarie. Werther! repite con ella y su novio, noblemente conpor fin con doble e imponente tono. fiado, el rerano de 1772, que califica No pudo resistirlo Werther, dejó que de magnifico idilio. Alemán, cuya se desprendiera de sus brazos y se prosa proveía la fértil comarca, y la echo al suelo como un energómeno. poesía aquella pura afección. Acabo Ella ke arranca de él y turbada, tem por enamorarse, pero el idilio do perblando entre la cólera y el amor, le dió por ello su inocencia. En cuanto dice: Esta es la última vez, Wer se sintió serintuerte herido, huyo a »ther: no me veréis mág. después toda prisa, tanto, que se fué sin desmirándole un momento con amorosos pedirse.
ojos, corre a su cuarto, y se encierra Algunos pleses después, el joven en él.
Jerusalén, hijo del pastor Riddags.
Carlota po vuelve verle, puesto hausen y secretario de la legación de que Werther se suicida a la siguiente Brunswick, el cual se ballaba también noche, pero le pertenece ya más allá en Wetzlar por aquellos dias, enamode la muerte. Depuso ya en sus labios rado sin esperanza de la mujer de an el beso profundo y terrible que bunde colega, se levantó la tapa de los sesos en el corazón la fecha que no se con una pistola que le prestó Kestner.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.