RENOVACION 21 Par, Presidente del Consejo. Pacheco leras tiendas de los barberos del Allo fué todo y lo tuyo todo en este garve, se decía con respeto, con espeDois que, desde lejos y a sus pies, lo ranza. Parece que hay por ahi un contemplaba, asombrado de su inmen joven de inmenso talento: Pachecoin: so talento. Pero jamás en estas situa Pacheco estaba maduro para la reciones, ni por provecho suyo ni por presentación nacional. Vino al seno urgencia del Estado, tuvo Pacheco de ella traído por un gobierno (no necesidad de clejar salir, para afrmar. recuerdo cuál) que consiguiera con se y operar fuera, aquel inmenso ta trabajo y panaua apoderarse del prelento que allá dentro le sofocaba. cioso talento de Pacheco. Después, Cuando los amigos, los partidos, los en la estrellada noche de diciembre periódicos, las representaciones, los en que él, en Lisboa, fué a Martinho cuerpos electorales, la masa compacta a tomar té y tostadas, se susunto con de la nación, murmurando en derredor curiosidad: Es Pacheco, ud muchade Pacheco Kiqué inmenso talento. cho de intenso talentol. desde le invitaban a ensanchar sui poder o que las Cámaras se constituyerati, tosu fortuna, Pacheco sonreía bajaodo das las tiradas, las del Gobierno y los ojos tristes por detrás de los dora, las de oposición, comenzaron voldos anteojos, y seguía, sienipre hacia verse con insistencia, casi con ausiearriba, sienipre inás alto, a través de dad, hacia Pacheco, que en la punta las instituciones, con su inmenso ta de un banco conservaba su actitud de lento aherrojado dentro del cráneo pensador reconcentrado, con los bracomo en el cofre de un avaro. aque zos cruzados sobre el clialeco Ila reserva, aquella sonrisa, aquel bri ciopelo, la frente inclinada a un lado liar de sus anteojos bastaban al país, como bajo el peso de las riquezas inque en ellos sentía la deslumbradora tcriores, y los anteojos centelleautes.
evidencia del talento de Pacheco. Al cabo, una tarde, en la discusión de Este talento nació en Coimbra, ca la respuesta al discurso de la Corona, el aula de Derecho Natural la mañana Pacheco hizo un movimiento para 111en gue Pacheco, desdeñando la Se terrumpir a un cura bisojo que habla.
benta. aseguró que el rsiglo xix era ba de la libertad. El sacerdote se un siglo de progreso y de luzı, El detuvo innediatamente con deferencurso comenzó a presentirlo y a afir cia; los taquigrafos abrieron vorazmar en los cafés de la Feira que había mente los oídos; y en toda la Cámara mucho talento en Pacheco, y esta ad se apagó el desahogado susurro para miración, cada día creciente, del curs que el ininenso talento de Pacheco so, comunicándose como los movi pudiera manifestarse mientos religiosos desde las multitudes en medio de un silencio dignamente impresionables a las clases razonado. majestuoso. Pero Pacheco no prodigó ras, de los muchachos a los viejos, llevó sus tesoros, De pie, con el dedo esti.
fácilmepte a Pacheco a ganar tin pre rado (gesto que siempre fué muy sumios a fin de año. La fama de este yo) Paclieco firmó, en un tono que talento se esparció por toda la Uni delataba la seguridad del pensar y del versidad, que viendo a Pacheco siem saber intimo, tique al lado de la lipre pensativo, y ya con anteojos, aus bertad debía coexistir siempre la 20tero en sus pasos, con gruesos tratados toridad. Era esto muy poca cosa cier.
debajo del brazo, adivivaba en el intamente; pero la Cámara comprendió espíritu que se concentra y se convier bieu que detrás de aquel corto resute todo en fuerza fatima. Al disper men babla un mundo, todo un vasto sarse esta generación académica, llevó fundo de ideas sólidas. Durante me por el país hasta las más escondidas ses no volvió a hablar; pero at talento aldeas la noticia del inmenso talento inspiraba tanto más respeto cuanto de Pacheco. ya en las obscuras bo más insensible y cuanto más inacceticas de Traz os Montes y en las par sible se mostraba allá dentro, en el Este documento es propiedad de la Bblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.