San José, Costa Rica 30 de Enero 1914 RENOVACIÓN Ano Ano IV LITERATURA CRÍTICA BIBLIOGRÁFICA FALCÓ, ZELEDÓN Çlo. EDITORES Núm. 74 TEL La Elegia de Gray Interpretación Came Jménot com al mayor afecto Cuántas veces, cuántás, las rubias espigan cayeron al golpe de bus corvas hoces!
Cuántas veces, cuántas, las selvas amigas.
tendieron alfombras aute sus fatigas y los arrullaron con bu9 frescas vocesi Desde la alta torre, con queja doliente, da gu Adiós postrero In campana al dia; el rebaño baja lepta, lentamente, y hacia el llano araniza sonando el bugiente. ctarin de sus voces cor, melancolie.
Los labriegos lledan tolos los caminos polvor050s; lievan sobre sus semblaulu ja noble tristeza de los campesinos: y en tanto que filarchab mudos peregrinosIn aombra lo invade todo por instantes, Ab! no permitamos que les ambiciobc!
burlen sus labores Guiles y oscuras, ni que las historias de sus corazones sutrau la insolencia de los pisotones ni el desdéu que baja leucle las alturns!
Ya et sol la cerrado la enorme pupila que en el horizonte simulb una hoguera, y ca el seno augusto de la hora tranquila rectiebte sua culces aceitos la esquila, y el campo se aquieta como si durniiera.
Las locas jactancias y las insolentes poni pas que el dinero y el poder despliegan, por igual esperan las horas olurientes en que desatautas todas las corrientes de la vida, al txorde del sepulcro llegan.
Sólo en la vctusta torre que negren entre los cipreses que la soubra bafie, IA Jocluza Insotne furiose aleted ulientras que la luua con arnor platea las nubes que velan sobre la montaña, vosotros, teres del orgullo luntiato, tio digáis quc cupa de los an rajosos si el mármol 110 eleva su espíendor lozano sofre de sus trubas, y si el canto llano por ellos no strueda log templos piadosos.
Bajo esos cipreses que la evlad derrumbs duermen, olvidados, el último sueño. 1ires de la lumana, revuelta alumbalos viejos labregos que hajaron su tumba alí donde irguieron su postrer enipeho.
Pueren un crguido tionumento acuso, o las claras voces de las alahan. agilar de nuero la quietud del brazo, en el pensamiento clesatar el lazo con que etó la muerte sus desesperanzas?
El fresco saludo de la fresca aurora, el dulce gorjeo de la gotoridrina, el clarin rel gallo, la tro: pa sonora ciel pastor, ya troca, ya munca a la hora de la madrugada rieute y cristalica, han de despertarlos en su Angosto lecho, Del hogar, para ellos, las llantas rojimas ya 110 alzarán cantos sle litz busta el teclio, Inientras del abrazo terrible y estrecho de amor, de Jos troucos, sólo habrá cenizas.
Tal vez en la calma de este campes AD cetienterio, duerpit su Apacible stiero un hombre que supo (el fulgor divino y pudo en los Aires derTATIRE su trino, y pudo en la vidla prodigar su ensueño.
Ya para ellos nunca, terminado di dia, habrá eu la cavala caricing que esperan, ni entre los claruores de su algarabís Ico darán los mifios con loca alegria los besos que antaito tauta tiel tuvieran, Pero por desgracia las páginas belias cle la ciencia, nunca trostraron su encanto estos silenciosos pastores de estrellas sobre cuyas frcotes imprimió sus huellas la racha que lleva las gotas del llanto.
como tantas joyas preciosas que ruedan y en el mar sepultar sus fulgores ciertos, Como tantas flores que distantes quedat de los dulccs ojos que tirarlas puerlan: ronas, perfurtando lejanos desiertos Este documento es propiedad de la Bblioteca Nacional Mguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica