RENOVACION midad que nos perniita mostrarnos to jate. Voy a lapzar este pędruzco. dQué lerantes, según el espíritu del siglo, ves ahora! Ah! que tu rostro se ensan.
piadosos en los deslices de nuestros cha basta ser digno de monstruos, que compafieros de viaje, magnánimos con tu cuerpo se dobla cual si todos los los que lo han menester, es preciso huesos se te hubieran quebrado! Sin mantenerse en orgulloso aislamiento, eubargo, hace un momento te veins sin medirnos jámás en relación con bello. Una piedra ha bastado para aquellos que nos rodead porque quien deformarte, y habría sobrado con el lo hacé, renuncia en parte a él, pierde caer de toa hoja, o el soplo de la brin: la brújula del singular para eorolarse sa. Escucha. cttando quieras conoceren la marafia del plural, y pasa de la te, cerciorarte por el tacto, no precalidad verídica del sustantivo, a la guntes, que el agua Dix dista del secundaria y circunstancial del adie criterio vulgar. Empieza por tomarte tipo; cambiando su gura por una invertido, los pies en el lugar de la proyección, cono hizo el can de Eso. cabeza, la cabeza abajo; y cuando me po, que soltó la presa que llevaba en nos lo pienses ugą ráfaga de euvidia, el hocico para lanzarse sobre la som el golpe de un prejuicio, te deformabra.
rá, imposibilitándote para todo, tor.
El que pretenda que un reflejo no dándote infecundo. Yo también me mienta, se engañará a sf propio: Aque. miré en los ojos de las mujeres, claros lla mañaua descendio, pausado, medi y dulces como las primicias de mi tabundo, al lugar bendecido de pe viñedo, y me busqué en las palabras numbra donde se ovilla el río en de los hombres, acres como los fermenTemanso, el leñador desengañado que tos de mis cubos, pero ahora estoy se hacía cuatro noches que no pegaba guro de que debemos consumirnos eu las pestañas, viendo tedrosos fantas nuestro propio fuego a la manera mas como los anacoretas que poblaron la leña que tú robas a los bosques, pael arenal. Era su demencia saber, in ra ser fecundos. Sube al pueblo y ed.
terrogando al agua, al contemplar el trégate por entero; pero no les pre lineamiento de su porte, las razones guntes, gada. Ellos te recibirán sig que inducian al vecindario a rechazar agradecimiento, porque los bumillas los desdenes de la con la limosga de tu ser: sé fecundo.
moza a quien abriera de par en paz y el mozo se fué cainino arriba, las puertas de la imaginación. el entonando una canción más. alegre agua glotona se tragó su imagen, para que el vino, canción que se perdía en hablar, en seguida, en favor de los tre las frondas del bosque con la carizos que cayendo sobre la frente dencia de la leña que arde, ebúrnea, tomaban tan llegro afán, Andando el tiempo, a creer a la tra.
que excedían con nucho el brillo de dición, el lenador vivió feliz: Hablase los ojos, quietos dentro del parco del multiplicado y sus hijos nunca consulrostro terso, interrumpido apenas por tarou al temanso basta donde eran el relieve de la recta Dariz; y la rasga imperfectos.
dura de la boca en la que se coagulara Multiplicarse es crecer. Nies.
la sangre. Entonces, por qué la Tte tra civilización nos ordena crecer pulsa, si era hermoso y gallardo? Esta multiplicándonos, y nos encierra en idea lo clavó en la ribera, mucho los límites de la delincuencia, en el tienipo, hasta que vino a sacarlo de su momento en que más esfuerzo haceéxtasis un viejo veudimiador que así moy por cumplir con el sagrado precomo escuchó sus lamentos, rio y cepto, de indiferente modo que si nos expuso. ofreciera castigo por defender nuestra Cosas halagüeñas te dice el agua. vida. No es verdad? Pues bien, no te fles; La lujuria no es sipo la esteriorizaque siempre se expresa. caprichosa ción del instinto de conservarnos, to: mente, desconoce la verdad pura. Fl. mada en el criterio demagógico, y en Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano dal Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.