RENOVACION somnolencia del crepásculo concibe volvia. Llevábase los grados y dejaba una idea que cruza por su mente con ragiores en los árboles.
esa melancolía de las aves que se reti Alcanzólo por fin el viejo.
ran hacia el nido. Es verdad que lo cruelmente le sacó los ojos.
derrotó el caballero de Blanca Luna, Nunca como en aquella sazóu fué y tendrá que abandonar las andanzas tan quiserable la cosecha, antaño proaventureras sin deshacer más eotuer picia. El labrador desalentado, en la tos, ni remendar desaguisados. Pero certeza de que moriría de hambre, ya tiene en qué emplear sus energías. Se aisló en su tedio. Todo era sombrio, Será pastor. En adelante va a levada más que la noche odiada. Sin embargo tarse a la del alba, con el canto de los de pronto cayó en su alina el canto del galios, para ponerse tras su rebaño, pájaro. ciego, torpe saltarin entre la En vez de la lanza, el capado en la maleza; era suave y de plata, alegre tano; el jatelgo en la cuadra, pero metite triste, catto de sombras del tendrá por compañero al mastín. mismo modo que antes lo fué de luz, Tal es por cierto la primera yentaja sonoro y áureo. Así stipo que del dolor del orgullo; La facultad que nos per se podía arrancar la felicidad. Por con.
mite ver a tieinpo la hora en que de trarios que sean los senderos conver.
bemos caubiar la lauza por el cayado, gen siempre en nuestro punto. La no.
tha vez medidas nuestras fuerzas; que che parecíale ahora el ánfora de bronce obrando así, las empresas más árduas antiguo, labrada de estrellas, donde no requieren mayor desgaste que el pone la aurora rosas de fuego.
que emplea lo yaogues al hacer bolas Así, con el propósito de volver de pea eotre visada y vianda. en mejores tiempos, a sembrar la tieEl orgulloso podrá dudar un segun tra en cuyo seno los pájaros regáriau do, pero prosigue. Está convencido al modo de semillas espolvoreos de de que su fuerza ha de tener alguna música, emprendió la marcha en bus.
aplicación.
ca del poblado, bajo la lupa que baPor eso cambia siempre la tenden beaba los árboles que en las tipieblas cia de las circunstancias en la perse parecían bechos de miel cristalizada, cución del fo único: Ese pontifice a quien tanto debemos El viejo sembrador removía la ma les jóvenes de América, José Enrique leza o la ira del sol, enterra Rodó, expresa con voz de aliento: rupupilas en el surco, encorvándose jun morosa y prometedora cual un trigal, to a su larga sombra que al noverse coino la destrucción mementáuea de tenía sjlente cansancio de camello. nuestras ilusiones, puede ser motivo Desde que la alborada empezaba a ba de más altas conquistas, cuando llega jar por los cerros daba golpes fecun de alegría con su triunfo al gamin dantes solyre la tierra, duro y anargo que paseo victoriosa una lor puesta como si fuese tallado en un cedro se en la copa que le daba el ritmo de su cular, hasta que a la caída de ls tarde vibración y, eomudecida porque la se oubla el campo. Nada lo fati. hincheron de arena, produjo singular.
gaba en la soledad inclemente, donde tristeza al artista que hubiese florado vivfa mudo, sin más odio qtie el de la si no logra canibiar la armonía del sopoche vagabtinda que cuando no col nido por la armonía del matiz.
gaba del råmaje de nubes la luna cual Hay que hacer notar que el chicue.
up gota de rocío, cerrábale el camino lo se encontraba solo. no ser así, del trabajo.
po sabemos si hubiese sido víctima de Pero con un veránó hostil llegó la vanidad, y antes que dar más efiBus predios un pájaro glotón, ladrón caz empleo al bjotivo de su entretenide simientes que por ser oscuro, muy miento, lo roinpierá en tuil pedazos scuro, desgrauaba luz alcantar. En contra los guijarros.
tonces perdió la calma: Ahuyentábalo Para robustecerse, para crecer y lazándole guijas, Hn vano. El pájaro avanzar hasta el logro de una ecuanidag lag Este documento e propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.