RENOVACION.
tiempo de hacer tipa reverencia: no le El orgulloso vive solo, nada pide si importa perder, como no le importó 10 se cree con derecho a ello. Podrá ganar. Está alll a caza de emociones, teper eclipses como Cuando gana, tiene el aplomo satis pero jamás tendrá poches, como los factorio que trae consigo toda victoria, parias que viven a la manera de los Si pierde, se hace el cargo de haber planetas, recibiendo luz de aquélins.
comprado a muy alto precio algunas El orgallo es el adversario más fuersensaciones que necesitaba. El avaro te de la vanidad, juega por gauar. El jugador juege por Para el ho e lo posee jugar. Acepta el juego bajo las mis ofensas. En ainor, si lo defraudan.
mas condiciones que a sus amigos, perdona. Muéstrase tolerante si lo encon todos sus defectos, porque eu étgadas en el canje de los hombres, lucha, cambia; se repiteva en un se mientras el vana humilla o mata, vio gundo, es ya tiu paria, luego un po leptando las leyes naturales.
tentado. Vive en una bora muchas vidas. Abi está, cabalmente, el fundauienA todo esto, el envidioso, los codos to del orgullo: en la aceptación total en la diesa, la cabeza entre las tapos, de las leyes baturales.
sufre y goza. No está a favor de nio. El orgullo nos enseña a saber que guno. Se pone en contra del que gana si estamos conformados para brillar porque cuanto más dividido esté el ca en rojo como los rubies, ho podemos pital en circulación, más cerca de 14. despedir nuqca el resplandor verdoso ſtará él del quo y del otro Su vida es de la esmeralda; lo cual no quiere de.
entonces intensa, intensamente mala; cir que no nos rebullamos hasta dar despliega su bajeza como una bandera al rayo solar 12 arista que más des que clava aquí y allá, en ocasiones telle, vencida, a veces triunfante.
El orgullo nos presta la clave de a tad nualigao ente, que finge una nuestras fuerzas, nos enseña a aquila Dueca cuando intenta dibujar una tar puestro valor y nos concede fe en sonrisa y llora la desventura de sa in los trances supremos.
finita pequenez, procurando no dejar. Para el orgulloso el fracaso no exis.
se ver sino bajo lentes de alimento, la te, es valiente en la adversidad y cuar.
Iglesia lo mezcla de niodo torpe con do el infortunio le viene, hace lo que el orgulloso, y los condena a igual case bacen los bañistas de la playa, quietigo, sin querer entender que si la ent ses al aproximarse la ola se agac vidia es un crimen, siendo el orgullo y luego resurgen sin haber sido arras.
la antitesis tiene por fuerza que ser trados. Si efi algún intento se frtistra, una virtud.
comprende que no estaba conformado Asi como el envidioso vale cero y para llevarlo a cabo: y se levanta con si to sacan de la combinación social más fuerza, como Anteo.
queda reducido bada, el orgulloso e ha evocado oportunamente un tiene yo valor que fluctúa entre uno y rasgo de don Quijote, el sabio Maesnueve, y es claro que si se halla en el tro del vivir alegre. Miradlo. Regresa lugar de las decedas, procurará mejo veucido de Barcelona, caballero en los rar hasta subir a las centenas y los huesos de Rocinante. la zaga Sanmillares, pero de todas suertes es im. cho, el bonachón, lamenta la muerte posible restarle la propia significación de se esperanza de doniinio, pero se aonque se le aísle.
acaricia el abdoujen pensando que El orgullo es la virtud que nos ayu suy pronto lo llegará con el puchero da conservar nuestros ideales, del que para recibirlo ha de preparar Temismo modo que la pereza nos forta resa, tan pacendosa y esquerada. El lece al crearlos.
viejo hidalgo está surdo; po oye, La priniera condición que se requie Acaba de clavar la vista en unos pasre para ser orgulloso es haberse ele tores que llevan el rebaño al aprisco, pado sobre el nivel coniún. allá en el fondo de un vallado. En la Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.