RENOVACION fio del alma. Aquet la bumilla rudo. pies; era el aroma, el decir ameno y Este restante las heridas, clemente embriagador.
mente, Al fin la flor se marchito. Pero PieMientras el uno recuenta los dineros rrot, antes qtte lamentarse, repetía: ganados la noche anterior en el pue Se ha ido, volverá después. Volvió; blo que nioría de murria y su compa. murió de nuevo, el enajenado seguía ñero curo, el otro va llenando los repitiendo: se ha ido, volverá después oidos de la nómada con la narración Al cabo de algunos años el carro de sutil que le dijo en secreto. la poche, Arlequía y Colombina cruzó otra vez la noche que se expresa con rumores, el camino, frente a la gruta, Ella esgesticula con el ademán de las nubes cipó. Por una endrija que supo encony tle con la claror de los astros. trar, llamó a Pierrot.
Rueda el carro saltando en los pe Repuesto de la sorpresa, después de drones. El bochorno aumenta confor varias preguntas, él le pidió que lo te se ensancha el día. Colombina tie. sacara. Afuera, y mientras bulan jug.
De sed. Está ahogándose. Entonces tos, bizo saber Pierrot a la amante quie bajan ambos hombres a la busca del jamás había quedado solo, pues que riachuelo que rompe la monotonía del en el aislamiento forjó de la ilusión camino. Arlequír por preniura recoge una realidad, y cuando uså realidad le el licor en las manos caliasas. No así abandonaba, restábale la esperanza; al Pierrot que por primor cortó un lirio idealismo po hay castigo capaz de amide los campos y ascendiendo entre las lanarly, y la envidia que lo persigue malezas de una vereda imposible, ofre será siempre la víctima en su intento ce el segundo su líquido. Ella desdeña de ser verdago.
las manos del querido y toma el agua La envidia! La envidia! El vocablo del amante. Uə rayo se retierce a es: resonó con treinta ecos en los oídos te punto en los ojos de Arlequío. Ha de la bohemia.
concebido la venga uza. Pierrot lo noet vidia!
ta pero no intenta burtarse: no teme: La envidia es la enemiga del ensue. sabe que nadie le ha de arrebatar la fio, El envidioso es cárcel de sí mis.
felicidad que consiguiera en medio de mo. Cae a menudo, puesto que tropie.
su desgracia, za en todas partes, y para levantarse Llegan a una gruta. Allí Arlequin iinita al clown, que cuando está en el advierte al compañero que debfa en suelo tira del amplio ropaje con la zurtrar hasta el rincón más oculto a reco. da, Nada hace en la vida. Carece, por ger ocre destinado a pintar los carte irresoluto, de relieve. En su afán desles. Así fué. Entretanto Pierrot escart orientado de imitar, sigue las huellas baba las entradas de la tierra, el del loco que pintara el filósofo, que enemigo hizo rodar un peñón pesado iba desnudo por las calles, llevando como la vejez, grande como la volun una pieza de tela sobre los hombros en tad, hasta cubrir la boca de la cueva espera de la última moda para vestirEl carro contiouó luego tropezando se. No es un hombre. Es un inal refley bamboleándose; de adentro salía un jo. Aparece, reruedando grotescamen.
sollozo semejante a un delgado hilo de te en el fondo del espejo donde se agua.
asoman los verdaderos conscientes. El Muchas veces salió el sol sin que remedo le resulta siempre simiesco: su Pierrot lo viera. Encerrado en aquel ansia no lo conduce a ser una realidad, Socavón, fué presa de extraña locura, sido a parecer una sombra, porque Dió en imaginar que una flor pendien prefiere fingir, a existir. Jamás vuelve te de una grietà era Colombina, la los ojos hacia adentro. Sabe que en su amada: y era flexible y armonioso, el interior encontrará muy pocas fuerzas.
cáliz, el talle y era vaporosa y ondu. y éstas. las mide siettopre al rasero de lante, la corola, las faldas; y erau, las ajenas. No va más allá de cero su breves y delicados los pistillos, los valor intrínseco. Pero el tiene el tacto Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.