RENOVACIÓN 305 taba concluir un bonito traje que to como para tender en el noite estaba cosiendo cuidadosamente pa una danta Le dijeron sin preámbura estrenarlo en la fiesta religiosa los, que Alfredo estaba ya en grandel Jueves de Corpus. La habilidad des con Felicia, en cuya casa, al pie de sus dedos de halla y su excelen de una de las ventajas, toxlos los te disceruimiento de lo bello, ha anocheceres, con seguridad se le enbianle creado fama de modista entre contraria en sabrosa charla con ella, sus amigas, que muy a menudo imi Yatando Marta la descortesia al taban la composición de sus vesti cuento, confirmó sus temores; era dos. Martā no se ceñía estrictamien entonces verídico cuanto sospechate a los figurines de los periódicos ba; pias ello no le produjo cólera ni de modas parisienses, sino que, de rencor contra nadie, sino desencanvarios, concertaha colores y ador to y tristeza. Momentaneamente la nos discretos, produciendo así ud es conversación de la tarde anterior tilo apropiado al país y al clima, y con Luis había disipado sus prejui gue sin embargo no diferia mucho cios y la hizo concebir esperanzas, de la moda europea; y siempre con porque nútíraga casi de sus pensauna gracia y una elegancia que sus inientos pesimistis, se asió la excitaban la emulación.
presión dubitativa de su hermano Ita er de ist eine ne como a única tabla salvadora, pero siempre le fue muy adicta, y desea todo estaba perdido si Alfredo era ba hacer un vestida, salió con ella. el novio de Felicia. No obstante, Las dos iban cubiertas con sedeños eclió capa de indiferencia a stianpañolones rosactos; y muy aninadas gustia y ayudó a su amiga en la elec: con la idea de que suis trajes serían ción de los géneros.
primorosos, llegaron a la Avenida tú, Marta. nada comprasi Central en el momento preciso en ¿No dijiste que te faltaban alque Alfredo llegaba también: y ya gunas cosas? Le preguntó la comfuese que él no las viera, ya que tal pañera, obscrvándola: con atención, fingiese, no les rindió el sombrero. Hç resuelto canibiar de figurin.
Aquello le pareció extraño a Marta, Contestó la interpelada.
pero supuso que Alfredo iba distrai. Pero la veritad era, que ya le pado, asi como crevó advertir que por recia inútil alistarse para la festa la misma causa su compañera tan del Corpus, si no iba a lucir ante Alpoco lo vio a él. Siguieron las jó fredo sus galas. Ella, como las floveries andando, y poco juntaroise res, ostentaba dulzuras, trajes prin con otras pertenecientes al círculo morosos y fragancia para atraer la de sus relaciones; y en la acera, cual linda mariposa o la abejà trabajadoen una antesala, trabaron paliquc en ra. continuósRealmente no sé alta voz: los transeúntes Dodian en si será mejor el que viene en el peterarse de lo que se decian. a veces notico que me prestaste, y que dishablaban casi en secreto para com cutimos.
munícarse alguna nueva de los po Pero si ya tienes cortaio el vesIlos conocidos. Al fin despidiéronse, tidı. Qué vas a hacer? Fierdes el Marta se encaminó a una tienda género; le repuso la amiga.
de lujo, pero alicaida, con deseos de Veremos. En último caso no lo dormirse profundamente para igno hago, pagaré a hacerlo.
rarlo todo, para escaparse siquiera Niña, qué ocurrencia: tii qué temporalmente del mundo traidor cambio de figurines! Tu determinaNo pensó más en bordados, pasama ción obedece a lo que te dijeron anerías y encajes. Entre los secretos lora.
que al oido le soplaron, uno fue a su Adió, no! Eso no me interesa pecho como una lanzada: para ma como crees. Biedi sabes que Alfretar un cabrito no es necesario tan do hace meses no tiene nada conmiEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón kano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.