302 RENOVACION vasta pianicic alfombrada de yerba, do por cuán poca cosa se apenaba puesto ante la majestad de las tugon Luis, y mayores lo dejaban frío, sas montañas y bajo el divino dosel contestó: del firmamento. Caminaba sin prisa, Gracias, gracias, acepté ya el de satisfecho de la placidez del paisaje: Alfredo. nosotros nos apenaria En el portón del Asilo Chapuí se más que usted se mojara. no dettivo unos minutos a ver los efec perdamos aquí el tiempo porque entos de la luz tamizándose en las tonces si nos caerá todo el chapafrondas del parque, y siguió luego rrón. Hizo un moliin de despecho y su camino. Un grupo atravesaba a dió media vuelta, pie la calle, en dirección a la otra e vergüenza, Luis vió girar en acera. El grupo se componía de tres torno suyo la calle, los árboles y los personas: Felicia, la prima y Alfre edificios; lanzó una mirada cortante do, que también paseaban, Luis los de odio a su rival, saludó solamente vió, y tras ellos se le fué la cabeza, con el sombrero y adelinó a su casa. Podría acercarme; mas si ya la Alfredo soportó la mirada amenaavecilla salió de la jaula en que yo zadora, y una sonrisa que el despreluntarianiente se preservaba, que cio de la joven al otro provocó en vuele sin peligro de halcones donies sus labios, quiso por discreción ticados. No me hace falta compañía, ocultarla volviéndose de lado; y me basto. luego. que Alfre atribuyó el desaire a que su persona do. Pero éste tio está en su lu despertaba interés; y en su ardiente gar. Quién le ha permitido acom anhelo y fatuidad creyó llegado el panar a Felicia. Por qué no está instante de declarar fervorosamente con Marta, que es su novia y que su amor y de recibir el galardón.
debe de esperarlo? Buena la ha Luis no dejó de comprender lo ce paseando con otras! Ah, si merecido del desprecio sin embargo no entretuviese a Marta. ella po la cólera le aliogaba. Repasó en la dría casarse con Carlos que la quie mente lo que tocante a Alfredo sare, y cómo Pero ya Alfredo le sor bia, por cerciorarse de que el malbió el seso a mi pobre herinata. tratado ratoncillo se le escapaba y Por lo que veo, ese grupito pasea de que él era un gato lerdo y rernocontento. Cómo rien, qué alegres lón, mientras otros felinos velaban.
van. Detendré el paso, y a la Sabia que su rival, de regreso de la zaga observaré mejor. Pero a mi hacienda, en donde moro un par de qué me importa. Va a creer Felicia meses o más, enterado de que Felique voy aqui por ella, y eso no me cia no tenia galán, tanteó serlo, con conviene Hola, lluvia tenemosl mal éxito en un principio; pero que Abriré. el paraguas. Dicen que cuan desplegando astucia y tenacidad, do hace sol y llueve se casa la hija últimamente, por las tardes, y a vedel Diablo, pero hoy le cogió tarde. ces hasta de noche, en el mismo luUm. quien le va a coger tarde gar donde para él se deslizaron en es a mi. Apura el agua, se oscu otro tiempo horas dulces, Alfredo rece el dia. Arrecia, se van a em disfrutaba de favorable acogida.
papar, Debo ser cortés: les ofreceré Esos fueron los chismes que meses nii paraguas. Corro a la otra ace atrás, a lanosas le soplaron al oido ra. Muy buenas tardes, señori amigas de Felicia, y que nunca crétas: Sirfase, Felicia, tener la bondad yo; mas ahora ya no dudaba de ellos de aceptar este paraguas; a su pri menos del carácter voluble y anmita la tapará Alfredo. Le ruego tojadizo de la mujer, La prueba le aceptarlo, que me apena muchísimo pareció que no podía ser más eyique ustedes vayan a mojarse. Esto dente.
no pasará pronto.
Alfredo habitaba en la vecindad Felicia, levemente pálida, pensan de Felicia y nunca fué insensible a Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nadonal de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.