RENOVACIÓN 333. CORAZÓN. la dulcísitna memoria de Edmundo de Amicis. Viva el albañilito!
gritaron a porfía los niños, en el colmo de loca algarabia, y todos los semblantes pusiéronse a reir; como si aquella fiesta de dicha y de cariño tuviera por objeto celebrar a aquel niño. Viva! Viva! por todas partes se oyó decir.
Ligeros, como pájaros, llegaron ese día a la casa de. Enrique los niños; la alegría de la fiesta, en sus ojos comenzaba a brillar, como una dulce aurora que al sonrosar los montes, descolgara cortinas sobre los horizontes, de luminosos hilos.
La fiesta iba a empezar.
Precusa, el valeroso Precusa, con su blusa remendada entró ufano; y después de Precusa llegaron a la sala, llenos de turbación pero todos felices, Votino el vanidoso, Estardo el gruñoncillo, Carlos Nobis, Deroso, Garofi, Franti. Nelle, y Coreta, y Garrón.
Faltaba uno, el pequeño, el pobre albañilito, el que todos querían.
por ser tan pequeñito y tan jovial ¿qué cosa lo obligaba a faltar?
Talvez estaba enfermo. Acaso le ocurriera algo por el camino que al pobre le impidiera como sus compañeros a la casa llegar?
Pensando en eso estaban cuando entró el hombrecillo metido entre una blusa de su padre; el ladrillo y la cal matizaban aquel traje de dril que al trabajo llevara la víspera el obrero, a quien no producía sino escaso dinero y si muchas fatigas su ohcia de albañil.
La tarde terminaba; los chicos ya cansados de jugar, sus sombreros buscaban precisados y en grupos comenzaban la casa a abandonar.
Cuando el albañilito se levantó, quedaba en el sofá la huella de la cal que llevaba co el cotón. Enrique se abalanzó a limpiar el sitio, mas su padre, sujetándole el brazo se lo impidió y le dijo. estrecha en un abrazo a tu amiguito, y dile: que vuelva por aquí, que a todos nos alegra su presencia, y aprende a mirar en sus gestos una luz que se enciende.
Un obrero es un faro de la conciencia después que se fue el niño, continuó con dulzura. No dejé que limpiaras los rastros de pintura del sofá, porque el chico.
al presènciar tu acción iba a sentir vergüenza del perjuicio causado y a encontrar en tu empeño de limpieza, encerrado Este documento es propiedad de la Bblioteca Nacional Miguel Obregón tzano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.