318 RENOVACIÓN juanesca aparentaba no querer; de fue su engrcimiento, la vanidad de seo tambiéu enterarse de los pormes que Felicia, flechada del primer nores de la visita, por satisfacer su amor, no lo olvidaria fácilmente, el vanidad, y aclarar su conducta a su deseo de gozar el conto el gato con inflexible juez femenino, pues la ve el ratoncillo medio muerto, antes de hemencia de los cargos lo obligó a comérselo. seguro cle que no se le considerar su acción desnuda de los escapará, tan herido lo tiene. Aqui subterfugios que regularmente in llegaba su pensamiento cuando le ventaba para explicar el inusitado asaltó la idea del egoismo, y reflexiodespego. Sin embargo no logró su no: objeto porque ellas lo dejaron solo lo que estoy discurriendo es en el comedor, y él no se atrevió a egoísmo del malo. Alimentar mis ir detrás, suponiendo quc ventilaban placeres con el dolor ajeno! No hay algún asunto particularisimo y no for que no se marchite y se deshoje.
querian testigos. Sentose en un es El amor es la rosa de la vida; perfucaño frente al jardin cubierto de ma, alegra con sus vívidos colores, pacayas y begonias; un jardin pe. hace soñar, ofrece su néctar con graqueño, que patentizaba en sus cul cia gentil, y cuando el viento menea tivadores, amor a la Naturaleza. Por su corola, esparce en derredor el roarriba un lampo de cialo muy azul cio benéfico, que bann otras planlo embellecía. Luis encendió un cit tas y rciresca la tierra. aunque el garrillo de papel de maíz y se puso prosaísmo de los tiempos sonria bura fumar. Conforme exbalaba cspira Són y escéptico, suelcn las niñas agoIcs de lumo, que subían como una nizar de amor, como cierra su caliz gasa tenuemente plomiza, descogiéni la trepadora pudreorcja cuando el dose en el aire, recordó los buenos Sol se esconde. La soledad, el desratos que le proporcionó Felicia, con consuelo, la muerte de la esperanza, deleite, que lo invitaban a reno las marchita, y cach los pétalos de varlos; y si Marta hubiese estado sus ilusiones, y pierden el aroma de cerca de él y le repite las argunienta juventud, y la dicha de vivir. Por ciones lacrimosas, es posible que le que no he de ser blando al sufrimienarrancara propósito de enmienda; y to de una niña presa al primer vuelo su generoso triunfo hubiera hecho en las redes del corazón, y cuyos nacer el astro brillante de la felici. Prineros nacarados pudores sordad en el lacerado corazón de Feli гетidi.
cia. Empero, los acontecimientos no El viento meneaba las palmas buarrumbaron por tan hermosa senda lliciosas del jardín y las bojas de las de reparaciones y venituras. En la plantas parecian murmurar suavememoria de Luis vibró el eco de la mente de las injusticias de esta tieconversación de su camarada licen rra, para que las ondas del aire las cioso, y renació el amargor de la pe trasmitieran en sus alas veloces al sadilla original; y mayor barrera eterno.
que eso para volver sobre sus pasos, Respeto perdido Que cada cual recurra a sus re cuencia, modificaciones corresponcuerdos. y verá los cambios que des dientes en el modo de obrar. La nede mediados de siglo se han produ. cesidad de un amo, de un jefe o de cido en el inodo de pensar y de sen un capitán en todo organismo, era tir, y que determinan, por conse cosa fuera de toda discusión: un Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.