RENOVACIÓN, 910 La Universidad y la Ciencia verdad absoluta, sino la verdad relativa de la supresión del dolor y la Imaginemos que por ensalmo re muerte. Ya no nos duele el renunsucita en este siglo XX uno de los ciar siempre a la esperanza de cononiagnificos doctores que se gradua cer la entidad átomo, ya que la quibanen Polonia, allá por el siglo XII, mica no por eso deja de Tendirnos en meclio de poniposas ceremonias, sus maravillosos ingredientes. ni a los que se paseaba montados en nos atrista el ignorar eternamente caballos enjaezados con seda y OTO la esencia última y definitiva de la por las calles engalanadas, recibien electricidad, si ésta en cambio inuedo, al pasar por entre las multitudes ve nuestros vehiculos, alumbra nuescuriosas y vocingleras, el tributo de tros hogares y transporta, en sus los artesanos e industriales, quienes alas invisibles nuestros mensajes. El.
de tal modo significaban la diferen hombre, sólo el honibre, es centro y cia de jerarquía entre la divina es destino de lo humano: asi como peculación de la mente y la labor para el filántropo perfecto es indeservil de la mano.
cesaria la idea de Dios, el intelectual Le ponemos al corriente de pues del siglo positivo no hace caso al tros adelantos prodigiosos y le deci ceho falaz de la Verdad, que nunca mos que ya la ciencia no es, como llega. Amar al prójimo és la reliantaño, un pretexto para fútiles tor gión del primero, acudir a las neceneos, un dispensador de títulos de sidades del hombre es la ciencia del vanidad y de soberbia, sino un agen segundo.
te tan útil como el fuego: el medio. Pero ¿qué circunstancia inespefelizmente hallado, de prolongar la rada pregunta a doctor magnifico vida y aumentar sus delicias; lo que os ha permitido asignar ese precio reproduce en mil formas lo bello; lo nuevo a la ciencia? En mis dias el que da reposo al brazo y a la bestia, pensamiento no había contraido abrigo y alimento al cuerpo, techo, esas alianzas fecundas con la mateluz, color, vino, música y perfumes, ria, y en vez de brindar goces posi La ciencia le decimos nos ha tivos y palpables, era sólo la fuente.
reconciliado con la materia, tole de un placer subjetivo.
rando un sensualismo a cuyo lado Pues oid le decimos, Hemos es poca cosa la molicie de Sibaris: descubierto la causa de la enfermeNada de renuncias ni ascetismos: dad y de la muerte. Esta no es la queremos vida, salud, felicidad, re visitación de dioses hostiles, ni los poso. Hemos hecho al Niagara cóm hombres nacen con sus días contaplice de nuestros caprichos. Aban dos, como lo cantó. Flomcro. Sabedonamos al magnetismo el cuidado mos que el aire y el sol devuelven de orientarios y al cosmos entero la salud y la vida, y estamos aprenllevar cuenta de nuestro tiempo. diendo a arrebatar sus presas a la Dentro de poco la luna noverá el mlierte. Sin filtros ni smuletos samolinillo de café, y los electrones y bemos disminuir las cifras fatidicas s, aprisionados en el telar de la estadístic. Hemos aprendido, monio, marcarán el compás de nues además, que el sol es el padre de la tros valses.
vida en el planeta; hemos analizado Pero ¿y la verdad absoluta de sus rayos y espiado su obra silencio las cosas pregunta el doctor mag sq en la hoja de la planta. Asimisnifico. la habéis encontrado ya. mo hemos analizado el suelo, la at. Ese fué el delirio de la mente mósfera, la gota de agua y la simiencandorosa del pasado le responde te, obligando así a la tierra a centumos. El espacio es infinito, el plicar sus tributos. Hasta hemos tiempo eterrio, la verdad inasequi sondeado el espíritu y creado uma ble. la ciencia no le preocupa la ciencia. nueva del misterioso psilos iones. ad Este doamento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.