Ricardo Falcó

San José, Costa Rica 25 de Julio de 1913 RENOVACI. SOCIOLOGÍA ARTE CIENCIA Ricardo Falcó Mayor, Director.
Año lli. Núm. 62. La moral del pueblo La propensión del pueblo a dar XPor qué siente el pueblo así. Es ferviente acogida a toda imputación que tales sentimientos carecen de de inmoralidad en los gobernantes, una explicación, de una causa raes notoria. En vano se le advierte. cional? Es que en semejante proque no son los hombres públicos pensión hay solamente reflejos de quienes, por punto general, viven una perversidad nativa, de una via fastuosamente, dilapidan sin tasa o ciada indole de la naturaleza humaatęsosao fortunas coit qué enrique na? Seria infantil pensar de ese mocer a su descendencia. Los más mue do seria torpe, porque imposibilitaren pobres: muchos viven inodesta ria el adquirir jamás plena concienmente; algunos, hombres de alto cia de cómo van acrecentándose entendimiento, sacrifican a la polía estos recelos y senilrando ante los.
tica los pingües y legitimos rendi pasos del gobernante suspicacias y mientos ite un bufete copioso. Ad abrojos que le iniposibilitan la marvertencias y demostraciones se pro cha. El pueblo tiene razón. Es injusdiga12.
to cuando acusa a persona determiY sin embargo, todo es inútil. El nada y cuando vincula sobre las enpittblo, que no concreta suis acusao carnaciones del Poder público resciones; que, cuando no lo dirige un ponsabilidades concretas por actos inductor, no señala persona determii que, vigilados por el Parlamenta, nada sobre la cual recaiga el grava interveni:los por los cien mecanismert cle su vituperio, está siempre mos de la Administración, garantislispuesto a estimar que en el fondo los previamente por la propia conde todas las resoluciones del Poder ciencia de los hombres que se han público hay algo fraudulento y destacado en el plano social, están vergonzoso, que se disimula lajo exentos de toda mácula. En estas la hojarasca de los tecnicismos: acusaciones el pueblo se expresa y administrativos o de los topos se manifiesta con aquella tosquedad oratorios. Será este un hecho y groseria de ideas y sentimientos lastinioso; censurable, si se quiere; que son naturales en su ignorancia pero es un hecho innegable, una rea y de su ruda condición. lidad viva, y los gobernantes han de Pero el pueblo, en este caso, no toniarla en cuenta, no para lanzar liace si130 condensar en torno de sobre ella un inútil anatemà, sino aquellas figuras sociales que encar: para examinar su fundamento, para nan la representación de toda una modificar tal predisposición de espí clase sensaciones. confusas, ideas, rilli por aquellos caninos y procedi. vagas y dispersas que germinan ett mientos eficaces para intralucir en sui espiritual contacto con la vida la opinión popülar la suspirada mu diaria. Porque los gobernantes no. son inniorales. Pero la clase goberdanza.
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