A VECES VERSOS CHORROS poco a poco, allá lejos, Bajo un sol de mediodia por plazas y callejuelas que achicharra, funde y tuesta. se va extinguiendo en rumores los morrates a la espalda, el estruendo de la fiesta.
las hoces en þaudolera, La ancha avenida del circo van siguiendo el polvoriento. triste y solitaria queda. camino de Canillejas y solos como fantasmas cuadrillas de segadores que surgen de las tinieblas.
que habrán de regar la tierra van siguiendo el polvoriento con su sudor, obedientes.
camino de Canillejas, a la maldición eterna los morrales a la espalda, que da pan al que trabaja las hoces en bandolera, y gallinas al que huelga.
los infelices obreros En procesión incesante que van a regar la tierra los grupos pasan, se alejari con el sudor de sus frentes y en las colinas peladas marcadas por la miseria.
se pierder en manchas negras. Sincsio Delgado.
Vienen del Norte, bajando de las empinadas sierras LA MUERTE DEL JUSTO con sus sombreros de paja En el lecho del dolor y sus zuecos de madera; agonizaba un gitano, y así crizan por la corte. teniendo a su alrededor sirviendo de escarnio y befa, de una parte, el confesor, silenciosos, tristes, lacios. a la izquierda, un escribano.
con sus guiñapos a cuestas.
El fraile que le auxiliaba De pronto invade el camino fervoroso y elocuente. la multitud vocinglera mientras la cruz le mostraba que va acudiendo a la plaza con sus frases le exhortaba en oleadas inmensas. morir cristianamente: Fustas, pitos, cascabeles. Ya le decía estás Listo; ręstallan, silban y suenan. ya tienes mis bendicones; los caballos se desbocan, en llamarte justo insisto los carruajes se atropellan porque mueres como Cristo.
y avanza la muchedumbre Sí, padre; entre dos ladrones.
de loco entusiasmo ébria, Luis del Arco.
con el ansia de los goces que brinda una tarde espléndida.
EL VIEJO EL MENDIGO Entre aquel torrente humano perdida, confusa, envuelta Rodeado el tío. Blas de gente, la cuadrilla, avanza siempre dijo. Vaya un cuento ahora. desmenuzada y deshecha. y ya iban tres cuartos de hora pero ya sus puntos tristes. cuando él iba en lo siguiente. mezcla que pobre, el juez prudente aumentando el contingente le hizo justicia al momento de devotos de la cresca. un pobre, que oía atento, Luego, cuando el sol se oculta, dijo al tío Blas con malicia. la multitud se dispersa. Pobre, y se le hizo justicia. entre el incesante estrépito. dice usted bien: eso es cuento.
de trallas, pitos y ruedas. de Campoamor.
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