RENOY 169 luciones al problema de la muerte; dumbre da más valor a la vida te: el anonadamiento completo, fa u Trestre y real, y, una vez cerrado este pervivencia con nuestra conciencia libro, cuando el lector se halla ebrio de hoy, la supervivencia sin concien de sugestiones, entonces se complar cia de ninguna clase, y, en fin, la su ce en meditar la hermosa página de pervivencia en la conciencia univer: Les Affranchis (los Emancipados)
sal o con una conciencia diferente de de María Lénerü, con la que la que gozamos en este mundo, Maeterlinck ha encabezado su libro. El autor se detiene ante esta últi. La Muerte! Una vez más, sólo a ma hipótesis, y así nos lanza rebo ella se la debe consultar sobre la vida.
tando en el infinito, En cuanto al in y no a no sé qué porvenir nị qué sufinito, concibelo como un ser, del pervivencia en que no hemos de escual todas las manifestaciones de tar. La Muerte es nuestro propio fin, la vida serían las células in y todo pasa durante un intervalo de mortales, y le concede una concien. ella a nosotros. No me vengan a hacia. Es Dios. Mas, ante todo en que blas de esas prolongaciones ilusarazonamiento se funda. el poeta para rias que ejercen en nosotros el pueafirinar la prolongación de nuestra il prestigio del número; no me venvida más allá de la muerte? Cuando gan a hablar a mi, que morice enteescribe: Hay en nosotros muchas ramente, de las sociedades y de los cosas que no son obra de los senti: pueblos. No hay realidad alguna, no dos: en nosotros se oculta un ser 51 liay duración verdadera más que enpérior al que conocemos, Esto es tre una cuna y una tutmba. El resto probable, y aun cierto; la parte de sólo es amplificación, espectáculo, lo inconsciente, esto es, de lo que re óptica vanal Nosotros no podemos presenta al universo, es enorme y ya, como los seres religiosos, transpreponderante to. no puede uno portar nuestro deseo, nuestra neces menos de preguntarse. por qué ca sidad de dicha aliende las fronteras mino, fuera del de los sentidos, pues de la vida; pero que el pensamiento den penetrar en nosotros las sensa de la muerte sea para nosotros una ciones, y cuál es ese inconsciente excitativa a la vida, a la cual da su que representa al universo? Nuestro sentido y su valor. inconsciente aos pertenece personal. id mente, lo misino que nuestra con.
ciencia, y el universo sólo existe a Ya sólo me queda espacio para setravés de nuestro yo. ñalar con admiración y melancolia. Aunque Maeterlink, cuyo solio pues no volveremos a oir la voz del filosófico está determinado, parece maestro, los. Ultimos Pensamientos ignorar a Bergson, sus dos pensade Henri Poincaré (1. en los que el mientos júntanse algunas veces por más ilustre de los modernos. matela necesidad de sobrepujar a la in máticos se ha revelado como filósoteligencia para alcanzar: al infinito. fo, como uno de esos cuyos libros En uno y otro nótase esa religiosi ejercen profunda influencia en el dad mística que quiere apoyarse en pensamiento humano. HPoincaré la ciencia para sobrepujarla. Tam fué y seguirá siendo un guía intelecbién puede darse el nombre de intuic tual: aquí hallareinos sus deducciotivo al método de Maeterlinck, nes sobre las ideas de espacio y de puesto que raciocina y sólo avanza tiempo, sobre las relaciones de con prudencia por entre sus soñado: la materia con el éter, y, en ras deducciones.
fin, un magnífico estudio sobre la Después de todo, el maestro se Moral de la Ciencia, que se podrá guarda de inferir conclusiones, y nos. deja la libertad de escoger nuestro. 1Bibitoihémie de Philosophie Scientifique, destino póstumo. Su misma incerti. vol. lo so, fr. Flatmahun, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nadonal de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.