1. 32 RENOVACIÓN queda en el hombre un algo de orientación muy deseable, pero que bre elección que le permite desviar escapa actualmente a toda previsión sus juicios. La razón podrá ser con va toda ciencia humanas. ducida por un número considera La posesión de la conciencia no ble de experiencias al determinis, ros da sino la triste certeza de que mo como teoría acomodable a ja vamos arrastrados en el laberinto de realidad de las cosas. Mas la con la vida por todos los rientos que sociencia individual no se percata de plan en nosotros y alrededor de nós.
amazones teóricas y parece como otros; no nos da sino la penosa si fuera rei ina y señora de sus actos. percepción de nuestras impotentes Tal vez esta reminiscencia de li resistencias, de nuestras inútiles disbre elección sea un efecto aparente. cusiones.
No discutamos. En este terreno la Concebimos la libertad absoluta, polémica no tendría término.
y quisiéramos poseerla en toda su El hecho indudable es que el plenitud hasta para obrar el bien o honibre manifiesta una tendencia a para obrar el mal.
emanciparse del fatalisino orgánico No tenemos, sin embargo, ni méy del fatalismo ambiente, lo que rito si obramos el bien, ni demérito prueba que ambos existen, nindasi el mal obramos. Que la conciencia se o no la conciencia su realidad. se goce en el uno y sufra en el otro, De hecho se obra el bien o se no implica la responsabilidad de los abra el mal, a pesar de uno mismo, actos; significa sólo que en aquélla de acuerdo o contra la razón, con las leyes de la atracción y de la forme o en pugna con la conciencia. repulsión son tan ciertas como en el Iniludablemente hay lucha. No se universo entero.
ejecutan los actos humanos con No tratamios, como se deduce de exacta analogia a la piedra que cac lo expuesto, de la responsabilidaci por la ley de la gravedad. Se deli social en los asuntos comunes de la bera, se resiste o se impulsa: impo vida, responsabilidad que existirá sible negar la presencia de un ele siempre, de un modo o de otro, pormento más.
que los hombres desde el momento.
Pero la intervención de este ele que se hallan en relación de mutura mento no cambia los términos del dependencia, deben responder entre problema. Ahondando un poco. ape si de sus actos. Se trata sencillamennas se puede decir que somos capa te de aquel principio en virtud del ces de refrenar medianamente cual cual se erige cn asioma et bárbaro quiera de nuestros impulsos, pues hecho de castigar, tras ligera o prolougada lucha, a Descartado el problema de la chiellos cedeinos por poco poderosos minaliclad, o rcducido si acaso a los que sean. Son voluntarios nuestros términos de una anormalidad exactos, son de libre elección? Nues traordinaria acerca de la que habrá tras continuas e internas clelibera de decir todavia mucho la ciencia, ciones no son sino frágiles vallas cabe dudar de los resultados inimeque se intenta poner a la impetuosa diatos de un cambio fundamental en corriente de los impulsos.
los medios de convivencia humana?
La responsabilidad moral, en este ;Levantad el espiritu público, sus supuesto, perteneceria, no a la con traedlo a las miserias (lel positivismo ciencia del individuo, sino a todas mercantil, y hạréis un pueblo lionlas fuerzas que obran sobre él, fuer rado, un pueblo valiente, un pueblo zas demasiado complejas, demasia poble!
do ignoradas para que intentemos clasificarlas en beneficio de una R, Mella.
FUERZA CONSCIENTE, revista ácrata. 30 céntimos número Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.