124, RENOVACIÓN pidaba en palpitaciones desesperà das. La duda se empeñaba en la obra de derrumbamiento. tendió sus brazos, como invã cando en silencio a los mudos fan tasmas de sus penas, ante la incle mencia de los cielos. Su espíritu vagaba en la atmósfera brumosa de sits dudas; y su corazón de amante martirizado, se desgarraba con las crueles mordeduras de los celos.
Su estructura moral sufría las sacudidas de sus cavilaciones. Las frases de su amigo eran una suges.
tión extraña, que robaba la tranqui lidad a ese espíritu, siempre sereno ante los crueles embates del destino; tiempo há sordo a las pasiones generadas por prejuicios inestables. Sus auto sugestiones eran impotentes contra las inquietudes de su corazón, que ansiaba la brusquedad concluyente de lo real, y no la duda cruel y matadora de lo posible, la agonía de lo incierto. Quizás Héctor había notado algo que el velo del amor no le dejaba ver a él; y reflexiono: Acaso la posesión que todo lo empequeñece, la saciedad que todo to degrada, el cansancio y el tiempo que todo lo devoran han empezado su obra de exterminio en el cuerpo y en el alma de Soledad. No Hay siempre en la existencia de la mujer iniciada en la vida sem Xual, una época de celo, en que lo olvida todo por el hombre que la inició en el supremo placer, El era joven; él llenaba el noble fini del amor, como función fisiológica ligada al vigor del organismo y como afecto espiritual; él había sabido inspirar y sostener la pasión ardiente que, embriaganido, subyuga y convierte a la mujer amada en rendida y satisfecha esclava. Qué era entonces. como si un oleaje de serenidad refrescara el incendio de sus cavilaciones, se le escapó una sentencia como un suspiro: La vida es una perfidia. siguió camino de casita, recoTriendo el sendero que antes devoraba, anhelante de impresiones voluptuosas, de alegrías contagiadoras, como un reo camino del presidio como un predestinado camino de lo irreparable.
La noche lo envolvía eri su lobreguez saturada de secretos maravillosos, de los que surgian sonidos de tristezaslúgubres: melancolia intensa que conturbaba todos sus afectos.
Y, a paso lento, como marcando el ritmo interno, siguió como una sombra.
Parecía que hubiera enmydecido el verso de un himno; y la sombra enfermiza del dolor sofocara la alegre carcajada de la mañana souſiente de la vida. Es que las almas abrazadas a una pasión viven de ella, se absorben en su culto; ir contra ese culto es.
aniquilarlas, Carlos del Barzo.
Continuará. iii. Recibos La Revista de América. Hemos músculo. La fráse puede repetirse recibido el número de marzo. Muy coni ligera variante. El mocetón es interesante. Veamos algunos trozos: musculoso pero ya no positivista.
Habla Ventura García Calderón Ha hallado dos certidumbres: la de La vida de Paris.
religión y la patria, el altar y el. Hacia 1830 decía Taine en 1867 trono; como decían nuestros bisa se amaba al tisico exaltado; hoy buelos. Los autores de las enquetes gusta el mocetón positivista. Des están conformes en notar q11e rena.
pués del reino de los nervios, el del ce el catolicismo en la juventud y Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.