RENOVACION fué alls, dentro, en nielio de los grano obreros, que fueron 1110tivo de sus rela.
desi cortinajes the secta color topacio, replex ciones, gados, sobre el vivo fondo esmeralla del La casualidad 10 paso en presencia de empapelado: en medio de los artísticos ja uno de sus compañeros de lucha, y sufrió 1a trones japoneses, que se confundían con las acusación, de haber abandonado a los traba.
ninfas de terracota erguidas sobre ricog ta ja lores, porque era el causante de que hue picek airarlas y ribuefas, sostenietrta ini Tieran cedido faltos del fuego de su palabra, núsculus bonibillay eléctricas y pequeños que les conditiicaba aliecto y firmeza. maceteros de plantas carns, solre esos the Sorelo rorpió los diques gite hasta entonces blės sle rica tapiceria tubi, que encontro habían contenido su sinceridad. reclinada la bella mujer; suelta la rubia No me culpes a mí del fracaso de los cabellera, envuelta en una hata celeste, re trabajadores. Me ha repugnado continuar cargada de albag blontas en las mangas; tte agitarlor cle inconscientes; ser parte en por las que sus brazos (lesnudos mostralan esu lucha ile apetitos y pasiones; en esa exla exquisita delicadeza de la gracios linea, posición de lagus, le quejas augustiosas, cle la pálida aterciopela la carne. que son demostración de clebilidad y cobarAnte ella, ante el cuadro de Opulencia que la. Y, conto do Concibo ese revolucionala sorteaba, se encontró ridículo pequeño; rismo hecho de lamentaciones, y no ture pero bastó la sonrisa protectora de la bella clebo a nada ni a nadje, no quiero llevar mujer, pära átimarse; y al estrecharle få nás tnt palabra a ese rebaño de estrujados, watio tibia y perfumaila, sumnergió sus ojos que sólo saben de sus necegi(lades y gritan llenos de rebeldía dominadora en los de ella; por satisfacerlas, reduciendo te social reyoY all, apoyado sobre los Almohadones; lución una lucha de vientres; es que no con el rostro transformado por la exaltación son sino eso, dándoles el mępdrugo acallaiel penisa iniento, y los ojos perdidos eu uite rád. sus blasfemias y sus gritos: Chizo alenindefipica logtatianza, habló de sus aucños tar una revolución que seria una dictadura de sus esperanzas, ante la mujer admirada. obiert, que aniquilara a los esplotaciores Y, convencido de la sugestión de su pala de hoy haciendo del mundo ung merienda Ità, del atractivo artistico o sexital que tenia de caníbalca? Me le convencido de;que con para ese hermosa seiore se incli 126 sobre la labor de enconto no puerlen surgir kino ella c011 aderán lento y voluptuose,. erminales. Sí, querido Diaz: las aspiracio ¿Y sa 2001bre. il nes generosas, los nobles illealcs 108 corrom Rosa de.
pe la vulgaridad y la miseria 109 envenena. Rosa. clavó en ella stardieute inirerla. qué quieres replicó Diar. No con.
mientras corría tumultuos la sangre por prendes que el liaubte es lo Raico que tiene 119 repas. posó S118 labios sobre los su que enconar al pueblo? No ignores tú, que yos; beso y fué besado; los brazos se estre la revolución francese lesgarró las sonubras Jazaron, y ella reclino la calitza sobre su hiostranilo radiantes clariilactes que genera.
hombra. Fué una hora que les pareció en Ton esperanzas. Pero esas clariclades sc exinsta:ite. Ella se desprendió ele sus brazos tinguieron y el pueblo cavo nuevamente ta tocó un buton de la pared y le luz inuu16 las tiniehlas. Un tulevo yogó retaplazó al la amplia sala, Sorelo se sintió estrerneciclo antiguo vel tegelalismo industrial apreso a Alte la sontuosidait y brillo que lo rodeaba. las masas. El siervo se convirtió en obrero. Por qué esto, Rosa. exclamo triste. y el hamlyre que le atetaceo cuando se do Porque va llegar mi esposo. Hasta blaba sobre lå gleba le martiriza Hoy igual1914 dana. tente que se inclina sobre la máquina.¡El hanibre es el motor, Sorelo. Fue en la tercera visita, cuando los últi El 11anibre! siempre el llamhre! Yo te 1105 fulgorts del crepúsculo apenas peuętra repito, que una revolución que sólo sea para 1911 a través die los pesadlos cortinajes, y las satisfacer hambrientos, nie es repulsiva.
solubras in nuitormando gradualmente, Agui, clonde actuamos, otra es nuestra milas colgaduras, 109 tiuebles y los rincones. sión: formar liombres, no hacer furias. Sorelo la abrazo, la atrajo, enhriagándola 17169 que todo ser lógicos, quitarnos la venta con la caricia de sus labios, y la pogeyó en que el entusiasmo delirante poßit nuestros un instante sle excitación supremua. Cu un ojos ávitlos ile harizontes esplendentes.
arrebato sexual frenético. Como hablar de eonbc pación y libertad aquí, en esta república tionde la tayoria no la comprepdida, no 112 llegado a sentir ni Sorelo, atraído por los encantos de Rosa, los beneficios ni las desiluciones de la deno1x rubia berdiosa y seductora, tan múltiple, cracia; donde sobre cuatro millones de habicompleja y refinada, gozala inmensametite tantes, tres millones son de esa raza degeal robarle euior y caricias a un rico, a un Derada y aby ectacle esos indios infelices extinguido por exceso de civilización, de cuya vida es inferior a la de las bestias. Matefnamientos y de policie. No sabia si era sas sin ideales y sia aspiraciones, que 10 Attuacio, pero se sentia poseirlo por esta di pyeti nás voz que la del curs, ni obeclecen a jer. Ella llevaba su pensamiento. Ella le otro mandato que al que trastuite sobre 6115 bizo olvidar su misión de agitaçlor; y a los frentes, el látigo denigrante de sus mamona, blata. Ambre otraserose Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lízano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.