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RENOVACION Auras Rojas. Solitario.
in. Ali Redacción ple RKWOYATION. Sadi losé, Costa Rica. CARLON DET BARXO Lima X1 1914 Ira una noche cálinta suave, una cu esas noches priuiaverales de los trópicos, en que la naturaleza parece renovarse, cot2 un estremeciiniento de girtuenes y tallog Haciendo que los capullos ile as Aures se abran, epstelleciendo y perfumando con un dulce hálito embriagante y voluptuoso, que hace la ligipación volar erialas te la fantasia. Se data una retreta en el viejo paseo: Les rejas abiertas, ofrecían esplendidez de sus blancas estatus y el aroma fura!
de sus jardinies: 18.
Alií, Napoleon Sorelo. el soia lor ansios cle victorias sobre los hombres y las cosas, el magnificarlor de estos, pieditan. Cou los párpados entorna los por e misterio nebuloso, tajo la línea serena de sus cejas, dejaba ver un gesto le secreta hostili, lad, contra la plegre concurrencia que invadia el paseo, interrupienilo el delirio juvenil que hacía sus noches de voluptuosidad ensueño, donde sy. la Inquicta acaricialja la visión teu leclora, Itre el recuerdo de la mujer deliciosa que lalia cruzado en su catuing. aquella tarde, cuanko su Perto rebelde explos Ouaba 0110 una ajricións llena de encantos, de ervvias tesconocis cas, cle sensaciones perversak.
Fué en un plaza apartarla, cuando los Olreros en Suelga se arrepiolimaban al rededor del monumento. escle curas uradas.
Sorelo, hacia vibrar SEB apostrofes trenien dos contra los acapararlorea ile la riqueza social, bacienio ver a los traliejailores, que son los creadores le uit bienestar que o disfrutan, que apareció élla, corno 11 llena fío, est meilio de la turi antrajosa, recli.
naila, es una pietrarla ile arrastratan hernosos caballos. Los periortos fogosos de Sorelo hacían brotar como turicio frenético y salvaje en medio de tempestadi de aplansos. Era que sus palabras penetraban en el fondo de tsas almas, convulsionánclolas como la tem pestail cuindo axita las tasas enormes elel oçéatio.
La curiosidad, tint arrebato vle liisteristiin quizá, la hizo detener el carruaje en micilio de la multitudi que se arrentolino, elevanJose un gran numar de gritos e injurias.
contra la insolente burguesa que, pálida; teinhlorosa, ante tantos ojos cliispeantes y amenazadores, liriyó sus miracles implo rantes hacia el oraclor.
Sorelo, halagarlo por la presencia de la herinosa vujer y conrenditio ile poderia salvar del peligro inminente que cottia extensió las nianos. liacia la ultitud y or renó enfáticameute. Deteneos! Biento es que los burgueses arrastrer su soberbia y el oro; que ileteptan inicuamente, y, vengan oft los gritos de nuestros sencotes, avivarlos por los recuerdos sangrientos que los pártires del pueblo nos legaron!
TDA salva de aplausos coufitinó que la sitilacióti estaba dominarla.
1Surelo, creciendo a ese triunfo de sto palaura seinpre. ficil. siguió su cliscurso con voz dulce y rilasite violenlo a veces, 1leno dle anarga tesunta otras, pero siempre elocuente. Al clefcender de las graçlagiļel 150 númleuta entre los uplaukos (lejirantes ile la multitud, la ler1osa turgues tenia las mejillas inu darlas ele agrimas, ffins llawar con su cocliero al orarlor, y, después de felicitarlo ante el estupor de los trabajaslores, le eutregó su bolsóti lleno cle libras. Esto, señor para e foulo ile la huelga.
Sorelo se dirigió a la multitud tuostrăuoles el dinero. La schOFA, en un grito de su ala a a fraternidad y la concorilia, da este dinero para la liueiga; prueba con este arrinque de u sentimentalitlad que ta bateria que de su sentinental tatnia a proletarios y burgueses es iléntica, fatna a proletarios y y que así como la muerte los iguala a todos, tanxién debe igualarios en la piila la fra.
ternirlarly la ar1110tia.
Entregó a Hitlern al tesururare la lite ga e tre los aplausos ke la 13111tttut.
Ella, estrechando su mano, al clespedirse, le puso una tarjeta COIL 541 dirección y mlijo mirándolo con la inmensa dulzura de sits bellos ojos. Hasta AÑADR; Io espero a las dos. ll, il. fue allá en el elegante paseb que mues.
tA la ringleras de sus chalets sontuosas, divididos por la amplia arenila que corta en los el Alistearo jausdinillo the eoliess follajes en cuyo centro se dera la estatte (lel afortunio maregante que tropezara c011 tun muuclo en el viaje ile visión y de aventtura, conile irigió sus pasos el agita lor, lleno de emoción, curiosilal y angustia.
Era a hernuso chalet 4110 elevaba al cielo dos torreciller minúsculas y alegres mostrata a la avenila sus grandes veta.
pales, detrás de los que se veja 12 cortinas elegantes; una entraria con rejas que mostraba el jardincillo, que esparcía por la suntuose residencia la frescura y el perfume tie sus jazmines y claveles. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.