226 226 RENOVACION El derecho a la salud. UI Terrible mortalidad Los actuales adelantos en medicina de sus habitantes, que ofrecer tanı.
110 couctiertlau cou la excesiva morta. bién esa misina desigualdad. Hay of.
lidad de la época. No he de préci. cios mortíferos por sí y otros por los sar cifras, que en una couferencia accidentes que ocasionan, dándose el reduce siempre el oyente a retati, triste caso de que por regla general la vidades comparativas, y en que, por higiene y ta previsión que pudiera atetanto, no es necesaria la exactitud nuar tanta desgracia sea desatendida aritmética. Escaso es el número de por infame idea de lucro, por no dismilos que alcanzan el término a que fuir en infima cantidad el dividendo puede llegar la vida humana, y aunt capitalista. Tomando la mortalidad es dudoso que lo alcance alguien; ello por edades, según la clase social de es que en la escala de la longevidad los judividuos, la muerte se ceba preno ascienden hombres y mujeres por ferentemente en los pobres, sacrifiigual y como resultado de identidad cando vidas de niños y ancianos con de condiciones vitales, sino ptediante profusión, y reduciendo el término circunstancias accidentales de orden niedio de la vida a tina proporción social.
comparativa horrorosa y hasta odiosa.
La mortalidad de niños y ancianos, Triste, pero imprescindible es coy el término medio de la vida, en signarlo: en una publicación científica relación con las clases sociales, con y con la firma de till médico he hallado parados entre sí los datos propios por los siguientes datos y pensamientos: edades y por clases, dall resultados La medicina es la ciencia de curar cruelmente asombrosos. Desconozco las gentes. Asf resulta de lo que se el número exacto y el aproximado; no lee en los libros que tratan del asunto importa: con una unidad de diferen, y de lo que aprendimos en los hospi.
tales universitarios; pero eu la prác.
descuido o privilegio, basta para lan tica de la vida.
zar enérgica protesta contra la causa Los días festivos venía a mi clínica o los causantes, porque la vida huma un aprendiz de zapatero, sui tez era 118 es respetable y ha de ser inviolable, verdosa coino el yeso euniohecido, y y por serlo, como garantía del derecho padecía vértigos y desvanecimientos.
de cada uno a vivir, de sí mismo y de Trabajaba desde las seis de la mañana los que amamos, es el objeto primor hasta las once de la noche, en una dial de la ciencia, toda vez da vez que al estancia estrecha, obscura y littrijedla.
saber queremos dar satisfacción a las Hubiera necesitado abandonar aquel inás nobles aspiraciones, deseos y ne tugurio infecto, salir al cainpo y cocesidades de nuestro ser.
rrer libreniente al sol y al aire libre. Pero 110 wa uvidad, incalculables Hube de limitarme a prescribir al paunidades, prescindiendo de las matan. ciente Bierto y arsénico, y tranquili.
zas bélicas, perdemos en tiempo de zarme pensando que liabía heclio algo paz por el funciovamiento habitual por él.
de nuestro régimen social: hay pobla. Otro día se me presentaron tint teje.
ciones que presentan una mortalidad (lor tísica, una lavandera y plancha.
anual relativamente corta, y otras en dora cou eczenia en las manos y uu que es exorbitante; dentro de una carretero con tina hernia; les prescribi misma población hay también barria txolvos, ungüentos y vendajes, acouse.
das diferenciadas por la clase social jando al tejedor que evitara los sitios cik ortal ocasion 1971 ancia, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sisterna Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.