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170 RENOVACION El personaje reinante. Conocida és la teoría de Taine rela. Eo rigor, puede compararse el perso.
tiva a lo que el gran escritor lama el naje reinaute a esos ramos que depopersonaje reinante. En todo período. sitados en terrenos salitrosos cabrense histórico existe un personaje, real o al cabo de cierto tiempo de partículas fingido, que resume y condensa en sí que les dan el aspecto de arbolillos de Jos rasgos y cualidades que constitu cristal: este arbolillo posee esencial.
yen el sello característico de la colec. mente la nitismas cualidades del medio tividad de que el dicho personaje for. Ambiente en que ha sido colocado.
ina parte. Pericles en Atenas, César. Cuando en una sociedad dominan las Borgia en la Italia del Renacimiento, aspiraciones generosas y los ideales Werther en la Alemania de fines del nobles, el personaje reinante es noble siglo XVIII, Son otras tantas indivi. y generoso; en las sociedades escépdualidades sintéticas, cuya filosofía ticas y descreídas, escéptico y descrei.
social puede considerarse como el sím do es el personaje; en los pueblos de.
bolo de siis respectivos períodos his gradados y corrompidos, degradado y tóricos corrompido es; pero cualesquiera que España, como a cualquier otro sean sus cualidades, por el hecho de pais, es aplicable la ingeniosa y exacta reunirlas, de la colectividad tienenele teoría expresada por el autor de «La por 1111 ser superior y ejerce una espefilosofia del Arter. El personaje rei. cie de dictadura sobre la gran naxa de nante del siglo XII, por ejemplo, fué espíritus rutinarios.
el Cid. Las rudas costumbres de aque.
Ila centuria, str religiosidaci, sti con cepto del donor, su lealtad al monarca, No es necesario haber profundizado klis supersticiones, sus amores, sus mucho en el examan de la sociedad oslios. Se sumad y concentran en presente para advertir la desproporción aquel buen burgalés de larga espada, que existe entre el pensar y el sentit héroe mitad histórico, mitad légetica noderlos. desorden rió, a quien la crónica y la leyenda y el culto que se rinde a la correccióu 110s presentan ya ensanchando a boles extertia. Todo se sacrifica a la apade lanza el reino de Castilla, ya arras. riencia y a la stavidad en el procedi.
trando hasta los piés de su padre 11l. miento. Debajo de esa corteza, fácil es trajado la cabeza del conde Lozano, encontrar el hielo del escepticisnio y la asida por la sangrienta nielenia, ya falta de conciencia; pero es lo cierto persiguiendo al traidor Bellido Alfos que cuando todo ello to se manifiesta, hasta el portillo de Zamora la vicja, o mejor dicho, cuando se oculta bajo ya exigiendo a su tey humillante ju. Un exterior pulcro, to admitimos de ramento, ya compartiendo su cama buen grado, siquiera además conven.
con repugnante leproso, yo finalment cidos de la mentira de la apariencia.
te, poniendo en práctica cuanto por: Es triste reconocerlo, pero es exacto: poble, generoso y bontado tenían los la mentira es la base de la mayor parte hombres de aquella edad remota.
de nuestras instituci, nes contemporáTampoco es difícil encontrar el per. neas, Ficciones son los convencionasowaje reinante del siglo XVỊ ell el lisinos políticos; ficción muchas veces quijotesco caballero cuya fisonomía el criterio legal, opuesto al criterio de moral guardan muestras comedias fa. lo justo; ficciones 110 pocas çle las mosas, y cuyo retrato fijó en el lienzo costumbres a que toclos rendimos culto; et pincel de Velázquez al trazar la ficciori, finalmente, el rendimiento rengtira del Marqués de Spinola eti e! ligioso de que tantos escépticos alar.
famoso cuadro de las lanzas. dean. tan cowulaturalizados estamos Podrían multiplicarse los ejemplos. con la mentira, que todos nos dejamos Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.