RENOVACION para la existencia de todos los seres: De esta misma manera la califica el de ellos depende, con ellos está enla señor Låtzina, distinguido escritor zada; nuestra madre común es la tie argentino, quien, en 11 artículo crítico rra, y ella nos ofrece sus grandes de un libro, emite estos conceptos; recursos para la completa satisfacción. El origen de la propiedad hereditade nuestras necesidades, sin privile ria, y por ende también de la vitaljcia, gios ni primacias para nadie. Cual su derivada, es indiscutiblemente leguiera, pues, que separé para sí y se gítimo; más, es criminal; porque se apropie una parte de la tierra y sus basa en el despojo mano armada del productos, excluyendo a los demás, debil por el fuerte, porque es el fruto roba sus hermanos su patrimonio y de la conquista de la tierra, y de su atenta contra su vida, porque les arre distribución arbitraria entre los secula.
batá los elementos necesarios suces del conquistador. La tierra es la existencia, fuente común de todas las riquezas Cuando los europeos conquistaron muebles y semovientes, y siendo ilela América, ningún título de propie gitimo el origen de la propiedad de la.
dad podían ostentar en ella, puesto que tierra, y aun criminal, se sigue que antes ni soñaban que existiera. Los toda propiedad, cualquiera que ella indígenas eran los usufructuarios de fuese, adolece del mismo vieio, y que la tierra, y vivían donde la vida era padie tiene naturalmente el derecho más fácil, donde la Naturaleza se mos. de ser propietario de cosa alguna, trase más espléndida. Los europeos porque lo que posee lo ha sacado difueron adueñándose por la fuerza de recta o indirectamente de la tierra, los territorios más ricos y de los pro que es de toda la gente que la habita, ductos naturales más lucrativos, obli lo mismo que el aire que la cubre el gando los indios, o someterse, set mar que la baña. La formación de las esclavos de los conquistadores y te fortunas en la cienca del rio de la bajar para sus amos; después de ser Plata tiene el mismo origen que las de despojados de todo, á recogerse en todas las demás partes del mundo. No comarcas más pobres, et que la vida hablo de las fortunas advenedizas de es bien difícil. Esta piadosa obra cris los gåvapades que se acumulan tiang continuó incesantemente y con fuerza de miserias, pillerlas y usuras, tinúa medida del desarrollo de la siuo de las de abolengo, que tienen población blança, acorralando cada sus raíces en la antojadiza distribución vez más las tribus indias que no se de las tierras de los siglos pasados.
afienen con nuestra civilización; y el, Estas, Olie no valían casi pada, asf resultado es que, por efecto de la acción como suena, cuando se obtuvieron; aniquiladora del medio ambiente por porque estaban desier demnás estéril en que vegetað los indí: to, fueron tomando valor medida que genas, de aquellas numerosas razas el tiempo pasaba y la población auamericanas, no quedan ya más que po mentaba. Otro tanto sucedió con las bres restos. No sostendreinos que esta haciendas que sobre estas tierras se causa sea la única que haya producido criaban; de modo que llegó un día en su extinción, pero no puede negárse. que los sucesores de los ilegftimos de. nos que ella ha contribuido poderosa rechos de los primeros favorecidos por mente exterminarlas. No es lo mismo, la conquista se vieron, sin saber como, por cierto, vivir tranquilamente en con una fortuna entre manos; ellos, fértiles campos que en el inclemente que no han hecho nada por merecerla, desierto. bien: este innegable hecho, y; en gran parte, no serían capaces de. todavía hoy comprobable diganlo los ganarse lo suficiente para matar el indios de la América del Norte, y hambre, si esto dependiera de su pro.
también los del Sur prueba acabada pia labor y aptitudes exclusivamentes, mente que la apropiación particular Como se ve, el señor Latzina opina, de la tierra es un crimen.
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