46 RENOVACION. esclavizados; la ley del progreso se vengadoras, implacables y apocalipti: cumplirá irrefragablemente desterrar. cas, enspezará regir la Igualdad do de las conciencias todo sentimiento visionada y la Justicia irreductible y infamante de idolatría, de suiinisión brillar la luz de la Verdad esfumány servilismo y, cuando la htimanidad dose las opacas sombras, y huellas haya, por fin, sepultado los vestigios sanguinolentas de una institución ab. de religiones ialınmanas y fratricidas solutista, opresora, y sanguinaria.
en los pliegues de sus convulsioves.
ISAAC G, LÓPEZ IS. Epilogos. Caminando, cainipando antes encerró vivos y hermosos los Paseo entre el frescor de la poenas de nuestra dicha, y luego la dominical riente mailanita, saly arboleda bajo cuyos arcos de frondas o damos uno uno los si corrieron desgranando risas sobre las tios todos que un tie upo recorriéramos hojas secas los hijos primeros de nuesdiariamente; rumbo a la casita cam tro amor.
pestre que abrigo los únicos grandes La bainaca tendida de árbol árbol y puros amores de ntiestra vida. como una unión sio rigidez? Ya no Bordeando el sendero, los arbustos esta!
polvorientos mirados tautas veces. La 111a nada de gansos que estiratoni sacudían su follaje para agasajarnos. el cuello para mirar cuál se columpiaba e11 cacla hueco de los paredones, en vuestra ventura, y aplaudieron descada pedrón desmayado entre la yerla, pués cou stis alas la explosión de la íbanos encontrando los retazos de vida en nuestros labios iTambién actrellas emociones dulcísinas o tris ellas se fueron!
tes, acariciantes o atormentadoras que Pero iah! berdito el día de inmensa piliestro paso en otros dias fuimos paz, de incomparable descanso vivisio colgando de todo.
allí en diálogo con las voces del pa. Los recuerdos saltaban sobre el ca sado.
muino ante zuestros ojos extasiados, Decid, hombres tediosos, trabajadocomo esos pájaros nocturnos que la res iuconsolahlęs, que conjuráis al vicio 2u1 de la luna preceden los viajeros para que venga llevaros un rato el.
dejándose caer como hoias secas en fardo de vuestros síusabores, 10 hamitad de la vía y levantandose luego béis salido nunca al campo los domiu al acercarse aquéllos, con vuelo sutil gos los parajes conocidos que alguna de mariposas.
reniernbranza, os guardan çou cariño?
Cada una de las preocupaciones Es que no liay algún sitio, algún melancólicas o alegres que en un tiein. rincón agreste poblado por el enjartilre Do ya lejano agitaron nuestro pensa de vitestros recuerdos?
miento, y que clavamos con la quirada Haced la experiencia, os invita et cada uno de los objetos hallados Id despertando la fila de las eliaciones en la ruta, tovían al vernos Slis pati que os esperau durmiendo. Cuando tas como para iudicarnos que allí hayáis caminado un buen trecho, ya: cstalan, vitas aún, despecho delno iréis solos. Detrás de vosotros tuartiempo que la pasado.
cliará tun escuadrón de iftos, visibles La acequiecilla ruivoTeante, e pote para vosotros solameute, cautando la tón valetudinario, el potrero extendido sonora canción de la esperanza. como una alfombra anchurosa, tuvie Suis voces apagarán el dejo de yines ron su palabra especial para el oído. tra melancolia. lụego la casita boy ruinosa que Salid al campo los domingos!. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.