RENOVACION Septême su lado y mire a través. Nunca la había oído hablar con tande la ventaba. Allà, entre las faldas, to calor. En su voz habla un dejo de de las montañas azules, blanqueahan protesta.
caserlos como nidadas fresquitos. Por Noth mi extrañeza. Se incorpora y la calle, camino de la ciudad, pasaban me miró con sus ojos que no estaban grupos de campesinos, porque era apagados por la mansedumbre de siemdía de viercado. Las mujeres con sus pre, sino que brillaban con una luz de verduras frutas débil que parecía tenir de muy lejos.
en la cabeza y en las manos ramos de Hasta los animales se alegran, se claveles, azucenas y raritas de San aman, sólo yo no me alegro ai tengo José. Llevaban las faldas recogidas quien me ame. Usted no sabe lo que se veía entre el fango de la carre es esto porque ha sentido lo que es tera blanqtiear Castamente la des carito, yo no. Usted es muy joven, nudez de sus piernas y de sits pics tiene muchos años al frente y sabrá lo Algunas esheltas jóvenes se habían que es amor, si, bra. y entonces, cruzado el rebozo sobre el pecho y con cuando se sienta querida, recuérdeme, los brazos arqteados con gracia des Pronto cumpliré 30 años, pronto mocansando en las caderas, pasaban cim riré. piense en mi vida triste en la breadoras, balanceando los canastos que nunca nadie nie ha dicho una paque levaban en la cabeza, donde agi. labra cariñosa. No proteste, continuo taban sus cavipanillas de inarfil las detenicencome contin ademán, tisted flores del itabo. Se alejaban charlado ine dirá que 11e quiere, pero si ast es, tas y rientes como agua entre piedras, en su cariño lo que hay es lastitna; me Los chiquillos desfilaban con janlas ve enferina, ya vieja! No es verdad hechas de cañitas que encerraban in que yo soy el último de sus afectos?
quietos pájaros: yigüiirros de pluınınje Cómo será saber que se es lo inás quiebumilde, jilgueros de vestido azulado rido de otro ser? Es triste, es triste. y piquito aviarillo, mosotillos dimi Callo, pero stis ojos continuaron hariitos y caciques con su traje vistoso blando, lo que su voz no dijo: liar neyro y rojo.
Moriré prouto y tui corazón se hará Los hombres caminahau gravemente polvo, sin haber sido más qtre capullo, con las alforjas al hombro.
porque el sol del amor no lo hesó ja¡Cuánto movimiento, cuánta vida inás para que se abriera en flor. He habla en la calle pasado por la vida como por un país En el seto de enfrente, como conas de hielo, desierto, desnuda, sin ci roicadas de alquastro, florecían las trar ni un poco de calor. Llorabe sireinas de la noche; su lado, las 110 lenciosamente y su rostro avejeitado jas rojas de las pastoras eran explosio por la enfermedad me daba tanta pena!
iles de sangre.
Tomé sus manos facas entre las En el potrero cercano, los terperillos muías y trate de consolarla. daban saltos locos alrededor de las Callese usted, Pilar.
madres que los mirabar con sus ojos. Me parece injusta. sus tíos. liútuedos y dulces. Usted es la que debe caltarse, me Había una pareja de comemaíces grito, no blasfeme. Indíquele to se.
brincando entre las ramas de un jaz diento t111 catice seco para que apague mín del cabo que crecfa junto a la su serl, o al caminante fatigado un árVentana.
bol sin follaje para que se libre de los Pilarcilla volvió a ini su rostro eu ardores del sol, y habrá hecho lo que flaquecido y dijo: ahora conmigo. Mis tíos! Un grupo de Dichosas esas geutes, dichosas esas viejos que si supieron de cariño fue flores y esos animales! Vea esos co hace años, cuando eran muy jóvenes.
memaíces, están haciendo su nido en Añora no soit sino el cauce seco, el el cafetal de enfrente, los he visto ata árbol sin follaje, y yo el scdiento, el reados.
capingute! Fi. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bbliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.