RENOVACION. Dos diamantes. 11 Fuera del poblado, por enmedio de tendida en una cawa llena de trapos una seada embasurada y medio deshe viejos. Habló la paciente lo de estilo, cha caminaban: delante tina chiquilla y cuando se hubo librado la mano del.
con el traje descolorido y poblado de guante, para hacer la prueba del pulso, disimulos, en seguida un hombre de la mirada de la lamparilla despertó contextura notablemente maciza, re tímidos brillos de azul en un iutuen ciente indumentaria y reloj y cadena so brillante reciamente engarzado en de oro, oro. Ea seguida la receta de rigor quei La mañana era toda luz. do escrita, y así que el contenido de poco la niña se detuvo para espe una cajita de cartón mezquinos ahorar. Señor, aquí és, dijo cuando el ITOs de la obrera desapareció en el hombre que la seguía hubo llegado; bolsillo del visitante, éste, para acordar abrió una puertecita inválida y triste, mejor con la usanza, comenzó a des.
la que dejó paso una bocanada de pachar las recomendaciones del caso.
humedad pestilente, y entro saliendo. Había que hallar frecuentemente al al cabo llena de inquietud. médica, encontrar otra casa menos En el semblante del médico asoma húmeda y ojalá no tau distante, alifon en tropel la desconfianza y la irre mentarse mejor mucho aire. mucho solucion 501, pasear. No se marche, señor, entre; mi La pobre, epferna ola todo aquello madre es la enferma; ha sido una des con una de esas sourisas en las que gracia, créane, entre, entre, le paga parece palpitar algo rematadamente remos, aqui pagamos siempre eno le frío, de esas que no diciendo nada, lo digo? le pagaremos, pero entre verlal dicen todo lo revelan todo.
El médico, saboreando siempre una Cuando el mélico dejó de hablar, duda, entró al fin, haltándose los una lágrima se equilibraba en uno de pocos pasos, por efecto de una violen los póinulos de la favandera.
cia en las retinas, extraviado en una Los siniestros lampos de la lampariporción de noche. Se detuvo durante lla, arrancaron aquel otro diamante un rato fio de acostumbrar la vista dardos de luz que fueron encararse y avanzó hacia tin rincón, guiado por con los azulados brillos despiertos en la llaina feneciente de una lamparilla el cristal retenido reciamente por ama que vertía siniestros lampos sobre la tras de oro. faz amarillosa de la infeliz lavandera. 15, RPBAN COTO. it ti. ici. CRÓNICAS SOCIALES. Los imbéciles.
Odio los hombres incapaces im. sin encontrarme tres imbéciles, y esto potentes, me molestan. Me han que me causa pera. Por todas partes los mado la sangre y hau estropeado mis hay. El vulgo se compone de pecios Dervios. que os salen al paso salpicaros el Nada hay tás irritante que esos rostro con la baba de su medianía. brutos que al andar se balancean como. Estos, necios se 17 yeyeu y bablan, y los patos, y os miran con asombrados con su aspecto, gesto y voz me incoojos y con la boca abierta. modan tanto que como Stendhal, antes No he podido jamás dar dos pasos quiero un pícaro que un tontos. Que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nadonal Miguel Obregón Lizano del Sistema Nadonal de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.