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RENOVACION 15 social más encumbrada; las águarden vera habían pasado, en descompuesta terías ocasionales profusamente reper patrulla, aullando su justa rabia trocatidas en los puntos de fiesta, no deja da sin motivo ea alegría. ilos redes Ton de tener en todos los minutos tores literarios de la inopia. pletora de parroquianos; y los carruajes siempre llenos de señoritos, de camp Los que bablan de la litpesinos y de obreros, paseaban em La lucha cha por la vida con la artobanderados por la ciudad la holgura gante inconsciencia con nacional.
que aquí se habla tantas Djude está pues, la miseria que nos cosas, es posible que no hayan parado Atisha?
mientes en el preciso lugar en que esa Luego nuestro pensamiento comen frase. pudiera tener alguna racional zó dolerse de la falta absoluta de aplicación.
educación artística de nuestro pueblo. Al revés de lo que muchos creen, no Años llace estábamos pequeños es el derecho vivir lo que a uno le cuando ocurrió aquí la huelga de los disputan aquí los elementos naturales trabajadores italianos, tuvimos una im. y las fuerzas artificiales de la coacción presión dulcísima que aúo sacude nues: social, Hasta los joválidos haceu entre tro ánimo con el temblor de las felices nosotros el pedazo de vida que les cupo emociones.
en suerte soportar, sio grandes desaMientras las patrullas de obreros zones. Hasta los bobibres robustos, eugutados discurrían por la ciudad cuyos brazos permanecen ioactivos casi hambientos, recibiendo los obse; cuando toca sus dianas el trabajo, quios de la copmiseración, altos coros. No tevemos frío, no tenerios calor.
de voces educadas en el placer del Eu el clima primavera! que enerva canto llenaban de arnionias el ambien nuestras fuerzas, se producen casi tote. Bajos, tenores y barítonos, de todo dos los frutos de la tierra. El suelo no se oſa con pujaute claridad en aquellos tiene que esperar, dormitando, el paso conciertos errantes con que un pueblo de los rigores de la estación; una prode artistas acreditata aquí su orgullo dticción no interrumpida pesar de en la garganta de sus trabajadores tuas la desidia con que se la aprovecha, humildes.
hace jnnecesarios los graneros. La Nuestra gente, en cambio, grita cod comunidad de bienes, tácitamente es.
largas modulaciones de bestias encela tablecida en el país no por virtud das. La expausión de sus pechos Do de ideas preconcebidas inteligente.
conoce otra forná. No excluímos, por mente aceptadas sino por un espíritu supriesto, de la regla los señores de inoato de rapioa. hace que nadie teolevita y de botubín, los cuales hancen ga que sufrir las punzadas del hameii estas horas de regocijo público los bre. precisamente de esa enorme más repugnantes actos de nivelación facilidad para la vida, que en sí no llecon la rufianerla que apareutan desde va estímulo alguno para la actividad, far en días porniales.
oace la verdadera lucha, la lucha con.
Todas, todas estas consideraciones tra la inercia criolla, que esteriliza iban pasando como sombras de tem entre nosotros los niás apreciables bropestad por puestra frente; y ya nos tes de la iniciativa individual.
disponíamos confo el ánimo cog u ier va su zapatero á su sastre la esperanza de que a mejorar estas encargar unas prendas, ya puede escondiciones actuales vendrá el Or tar seguro de que durará un mes, gascon obrero que con el inquebrantable tado en reclamos inútiles, para obtener eutusiasmo artístico que es suyo fundó lo que ha deseado. veces, al cabo y sostiene el señor Vargas Calvo, cuad de ese tiempo y de ese afán, le sirven do la última bocabada de dolor nos con algo bien distinto de lo que se hahizo retirarnos de la ventanilla que bla propuesto conseguir. El campesino nos servía de observatorio. nuestra jornalero prefiere muchas veces que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Livano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica